Los tres caminos de Hugo González

Hugo Gonzalez ha bajado desde octubre del puesto 9 al 22 en las previsiones del draft 2025 de la ESPN. El analista Jonathan Givony, que elabora la lista, menciona un par de aspectos técnicos pero señala como causa principal del descenso la falta de minutos regulares, ninguna sorpresa por aquí. Y me temo que a mejor no va a ir, porque seguramente Hugo juegue poco en lo que queda de curso con el regreso de Deck, que le relega al rol de tercer alero de la rotación, por detrás de Abalde y del propio argentino.

Además, apenas quedan ya 3-4 partidos cómodos en la fase regular ACB como para que Chus Mateo rote y le conceda minutos significativos. En los playoffs de ACB y de Euroliga asumo que apenas jugará, si es que va convocado.

En este nuevo escenario, con menos minutos, bajando posiciones en los mock y sin un puesto garantizado en primera ronda del draft, veo tres caminos para Hugo la próxima temporada. Recordemos que termina contrato en el Madrid en junio y será agente libre.

Opción 1.- Se queda en el club: renueva su contrato con una cláusula bajita de salida a USA y la promesa de más minutos el próximo curso. Aunque tampoco veo claro el segundo punto, porque Abalde y Deck van a continuar y seguramente sigan por adelante en la rotación, salvo que Hugo eche la puerta abajo, muy difícil en un Madrid con solo 19-20 años. Lo que sí tengo claro es que si decide quedarse en Europa/España, sería de blanco, por apego a los colores y derecho de tanteo. Existe también la opción de renovar y salir cedido, pero me parece remota en el ecosistema actual del baloncesto de formación.

Opción 2.- Se presenta al draft, sale elegido en un puesto del 20 al 30 y hace las maletas en julio rumbo a la NBA. Ya sabéis que cualquier puesto en primera ronda (del 1 al 30) lleva aparejado contrato garantizado. Por ejemplo, si saliese en el puesto 22, donde le proyecta ahora la ESPN, se aseguraría dos años de contrato por unos 6M$ brutos entre ambos, que en todo caso es bastante más de lo que le vaya a ofrecer el Madrid. Si fuese elegido por una franquicia en reconstrucción, tipo Utah o Washington, podría disponer de minutos más o menos regulares. Si en cambio cayese en una franquicia de playoffs, lo más habitual al final de la primera ronda, seguramente alternase minutos NBA con semanas en el equipo asociado de la Gleague. Pero, bueno, esto ya es adelantarnos demasiado.

Opción 3.- Pospone presentarse al draft pero igualmente hace las Américas, no a la NBA sino a la liga universitaria, donde ahora pagan buenos sueldos, tendría muchos más minutos garantizados y por ende más lucimiento de cara a scouters. Seguiría el camino de su compañero de cantera, Egor Denim, este verano ya sin el factor limitante de la cláusula de salida del Madrid. Recordemos que Hugo tiene 19 años, la edad mínima para presentarse al draft, siendo 22 la máxima (a partir de los 22 los jugadores internacionales pasan a ser automáticamente elegibles, se presenten o no). La opción de un año de tránsito en la NCAA le permitiría presentarse al draft con más garantías, además, seguramente con algo menos de competencia, pues la hornada 2026 apuntan los expertos que será algo más floja.

Se que algunos aficionados se rasgan todavía las vestiduras de ver a un joven probar suerte en la NBA sin dominar antes en Europa. Pero es que el baloncesto ha cambiado, ya no estamos en los tiempos de Fernando Martín, la NBA recluta ahora ‘pipiolos’ para terminar de formarlos allí, cada vez más a menudo con escala previa en la NCAA. Es la nueva realidad del basket de formación, no tiene que gustarnos, simplemente hay que asumirla para entender el tablero.

El Madrid en baloncesto juega en segunda división y no se pueden poner diques al mar. Podemos debatir sobre el sentido de la inversión en cantera con el actual panorama pero, mientras dure ese panorama, la estrategia pragmática es aparcar el orgullo y finalizar la relación con los jugadores jóvenes en los términos más amistosos posibles para ser su opción preferente en caso de regresar temprano a Europa. Así fue con Deck, Garuba y Campazzo, cada caso con sus particularidades, pero los tres de regreso en Madrid e importantes hoy en la rotación de Mateo.

Hugo González, autopista a la élite

No soy imparcial con Hugo González, lo confieso desde la primera línea para no engañar a nadie. Me encantaría verle triunfar, como producto de la sierra madrileña que es, nieto del policía municipal de mi pueblo. Coincidí hace muchos veranos con su padre en las pachangas del playground del Zurbarán, en Colmenar Viejo. Fran era el mejor de aquellas pistas, llegó a profesional en LEB.

Pero no nos desviemos del tema. La buena noticia es que Hugo parece todo lo bueno que imaginábamos a tenor de su dominio en categorías inferiores. Y su transición al profesionalismo está siendo fluida, incluso en un entorno tan exigente como el Madrid, que no espera a nadie. A mí sí me gusta la gestión que está haciendo Chus Mateo de su evolución, sin regalar nada para no malcriarle o generar agravios en el vestuario. Exigente pero justo, igual que con Ndiaye, del que ahora se recogen los frutos . Formar a un jugador joven no consiste en regarle de minutos a fondo perdido, como reclaman los aficionados más impacientes, sino en acompañarle a medida que escala cada peldaño de la escalera.

En cuanto el equipo ha establecido velocidad crucero, defensa mediante, Mateo está pudiendo rotar y conceder más minutos a Hugo, principalmente en ACB, que además los está sabiendo aprovechar. Un círculo virtuoso que simplemente requería un poco de paciencia, un tramo amable de calendario y la ventana de oportunidad que abren las lesiones de compañeros, por feo que suene. Y es que, aunque Feliz y Garuba no sean aleros, su ausencia genera un efecto dominó en la rotación dada la versatilidad de la plantilla.

Perfil ‘canónico’

Si metemos las cualidades de Hugo en una coctelera nos sale una autopista a la élite. A saber: un físico estupendo, solvencia defensiva, timing de salto, valentía atacando el aro, talento en la definición y un tiro exterior en plena progresión (ver vídeo). Todo eso con 18 años, de ahí que aparezca en la zona alta de las proyecciones del darft NBA del próximo junio. Y esa es la ‘mala’ noticia en perspectiva blanca, la que me genera sentimientos encontrados como aficionado merengue y vecino de la sierra de Madrid.

La ESPN coloca a Hugo en el top10 de su última previsión, en concreto en el puesto 9. Hay otras previsiones y quedan todavía ocho meses, así que puede variar un poco la película, pero se antoja difícil que partiendo de tan alto se caiga de la 1ª ronda (30 primeras posiciones), y por tanto que no pesque contrato garantizado y haga las maletas. En Madrid hemos aprendido a base de hostias que no se pueden poner diques al mar.

«¿Y no se le podría tentar con un nuevo contrato mejorado?», pensaréis algunos. La respuesta es que no. Por dar un poco de contexto, el citado puesto 9 del draft garantiza 10 millones de dólares (brutos) en dos años, un salario al que el Madrid no puede ni acercarse. Y no es solo eso, es que cuanto antes se vaya a EEUU antes terminaría el contrato de rookie, desbloqueando potencialmente la pantalla del gran tesoro. Si enganchase mínimamente allí, que tampoco es descabellado, con ese potencial y un perfil tan canónico, podría nadar en ríos de dinero con simplemente establecerse como clase media, dadas las cifras que se van a manejar con el nuevo convenio. Veréis la morterada que firma Santi Aldama en los próximos meses…

Remarco lo del perfil canónico de Hugo porque me parece un punto clave para su eventual encaje allende el mar, vista la fría acogida a otros talentos recientes de la cantera blanca. A Garuba, por ejemplo, le pesó ser un cinco en cuerpo de cuatro, o sea, carecer de tiro exterior, y Núñez, con todo su talento para el pase, está lejos de los estándares USA de físico y tiro para su puesto. Un estilo de base más propio del sXX. El primero se volvió sin oportunidades y el segundo no logró entrar en 1ª ronda.

Hugo, en cambio, es un alero ortodoxo, no tiene sobre el papel ningún rasgo o carencia en su perfil que le pudiese restar valor a ojos de los scouters. Según J. Givony, analista de ESPN, «González ha demostrado un talento considerable en escenarios con su explosividad, estilo agresivo e intensidad defensiva», y solo la elevada cláusula de su contrato con el Madrid impidió que terminase en la NCAA este mismo verano, siguiendo los pasos de la mayoría de prospects europeos de su generación. Señala los minutos de juego de Hugo este curso como potencial condicionante de cara al draft, sin embargo, viendo la evolución de las últimas semanas, raro sería que no se fuese a 600-700 minutos en el global de la temporada, en todo un Madrid, que no es poca mili y escaparate.

Hugo termina contrato en junio, cuando tendrá ya la edad mínima (e ideal) para presentarse al draft, así que podría emprender la aventura americana sin ataduras financieras. Veo pocos alicientes para que amplíe su vinculación con el Madrid, más allá del apego sentimental hacia el club que le ha formado. Por eso estoy hecho a la idea de que, salvo giro de guión, no vestirá de blanco la próxima temporada. No pretendo con esto ser un aguafiestas sino simplemente realista y evitar sofocos innecesarios en verano. Es ley de vida que los mejores jóvenes prueben suerte en primera división, y en baloncesto esa está al otro lado del océano.

El Madrid conservaría solo el derecho de tanteo ACB, que por los casos de Willy y Núñez sabemos que vale poco, por eso lo más importante de la gestión del jugador este curso me parece cuidarle y ser justos. Para terminar en buena lid, que siga sintiendo el club blanco como su casa cuando se marche y sea su opción preferente en caso de regresar pronto a Europa.

El Madrid se fija en Núñez: motivos y condiciones para el regreso del hijo pródigo

Las renovaciones son el tema por excelencia este curso en la parroquia blanca, pero si varios van a salir, y van a salir, sea por retirada o falta de acuerdo, alguien tendrá que llegar. Tras el rumor del supuesto interés del Madrid en Jaime Pradilla, parece que con escaso fundamento, surge un nombre bastante más lógico y por tanto creíble, el de Juan Núñez, que publicó el domingo J. Maestro en Encestando. Una opción supeditada a salidas en la plantilla y al draft. Vamos a desgranarlo…

A propósito de la NBA, leo a muchos sobre Núñez repetir el despectivo y ya clásico “no tiene nivel». Y no, señores, es que la NBA no funciona así. Sacudámonos de una vez el complejo de Mr Marshall. A efectos del draft, el nivel presente de los jugadores sencillamente no importa, su valor reside en el potencial. El techo. Las franquicias en el draft no quieren a las estrellas de la Euroliga sino a los lechones del baloncesto europeo. Y cuanto más lechones mejor, 19 años a poder ser, la edad mínima, libres de los vicios FIBA.

La mayoría de proyecciones para el próximo draft (26 junio) sitúan a Núñez en primera ronda. En vagón de cola (puestos del 20 al 30), pero en primera ronda, que ya implica contrato garantizado. En concreto, y según las escalas salariales de los rookies, un puesto al final de la primera ronda significa unos siete millones en tres temporadas, brutos en fiscalidad USA. Cifra sensiblemente por encima de la que gana un base reserva Euroliga.

Podemos debatir sobre las perspectivas deportivas de JN en la NBA, donde la figura del base director ha caído en desuso. De si tendría minutos, de su tiro y su físico, de si acabaría en la liga de desarrollo, etc. Pero económicamente no hay debate: si Núñez sale elegido en 1ª ronda del draft es un win-win. Y el dinero es una motivación tan digna como cualquier otra, aunque nos guste dar lecciones desde el sofá de casa. Núñez tendría mucho que ganar y casi nada que perder probando suerte en USA. Su peor escenario sería volver a Europa con 22-23 años, 7M bajo el brazo y quizá hasta pensión asegurada.

¿Y cómo de probable es que Núñez se presente al draft? Pues es una pregunta clave en este punto, y de entrada pensaría que bastante probable. Si recordáis, su marcha del Madrid en 2022 tuvo mucho que ver con su deseo de dejarse la puerta entreabierta a probar suerte en la NBA en un futuro. Acababa contrato y el club le ofreció renovar con un salario competitivo, pero también con una cláusula elevada, como es política de la casa. Y el jugador dio un volantazo, asesorado por un nuevo agente, y puso rumbo a Ulm, en busca de minutos Eurocup para crecer y una cláusula bajita que no condicionase movimientos posteriores. Decisiones que nos hablan ya de un interés de partida en intentarlo en EEUU. A eso, sumémosle que ya se pudo presentar al draft el año pasado, que cumplía la edad mínima, pero se guardó la bala, suponemos que para ir con más garantías en 2024.

¿Y el Madrid?

El RM entra en escena si Núñez pospone presentarse al draft, si desiste de la idea o si se presenta y cae a la segunda ronda, que quedan todavía cuatro meses y los puestos medios-bajos oscilan bastante. Dado el caso de seguir en Europa, el paso lógico parece el salto a la Euroliga, que la Eurocup se le empieza a quedar pequeña. Y el Madrid ahí tendría una posición bastante favorable, si es que de verdad tiene interés en su fichaje.

A Núñez le queda todavía otro año de contrato en Alemania pero la cláusula, como hemos dicho, es asequible. Además, el club conserva el derecho de tanteo en ACB, el mercado donde Núñez tiene mayor valor por su condición de cupo nacional. El RM retendría al jugador igualando cualquier propuesta y se antoja difícil que el Valencia (al parecer también interesado) pueda presentar una oferta fuera del alcance blanco.

¿Y dónde y cómo encaja JN en el Madrid? Pues en el contexto de la pérdida de cupos nacionales de rotación este verano. Rudy apunta claramente a retirada y la renovación de Mario se antoja difícil. Además, tampoco se descarta la retirada de Chacho, que acaba contrato en junio con 38 años. Esta última es la posible salida que más influye en la operación Núñez, puesto que su rol lógico sería el de Chacho, base reserva. Por detrás de Campazzo, un base titular con galones del que aprender y que le libere de presión en su (re)debut Euroliga. Como alternativa, Núñez podría regresar a Madrid como tercer base y el club mandar cedido a Alocén, pero dudo que a ninguno de los dos les interese ese escenario, y sin su luz verde no se hace.

JN encaja en el plan blanco también desde un punto de vista económico, en el contexto de los equilibrismos que se están haciendo para encajar las renovaciones en la masa salarial disponible. Sería un fichaje de coste moderado, tanto por cláusula como por salario, tanto en comparación con Chacho (al que sustituiría) como, sobre todo, en comparación con otras alternativas de mercado con nivel reserva en contender Euroliga.

Deportivamente, si la operación se concretase, que aún le queda, habría que tener paciencia con el jugador, asumir a corto plazo una cierta pérdida de nivel respecto a Chacho, y verlo como una inversión a medio plazo. «Te quiero, no tanto por lo que eres sino por lo que puedes llegar a ser». Núñez es hoy bastante mejor jugador que cuando se marchó del club. Ha evolucionado en sus dos temporadas en Alemania y dejó destellos muy interesantes con España el pasado verano. Promedia 10 puntos, 6 asistencias y 15 de valoración en Eurocup. Aún así, paciencia, Roma no se construyó en un día. JN tiene 20 años y a esa edad eres irremediablemente un pipiolo en Euroliga.

Al margen de que sea cupo, asequible y canterano, hay un motivo por el que cuadra la operación, y es que tácticamente Núñez encaja como un guante. Los sistemas del Madrid y la configuración de plantilla piden a gritos un perfil de base de mucho talento generador, capacidad de habilitar a otros en estático, en particular a los pívots en situaciones de 2×2. A Núñez le queda pulir bastante el físico y el tiro, pero tiene ese talento, dibuja pases donde la mayoría ve solo un bosque de brazos. El tipo de talento que no se entrena, por eso escasea y está tan cotizado. Y ese mejor reclutarlo cuanto antes, en este caso repatriarlo.

Fin al culebrón Campazzo: que le vaya bonito

A Dios gracias. Fin al culebrón Campazzo, quizá el más agotador de los últimos años en relación al Madrid de basket, aguantando meses de humo, filtraciones y rencillas, con giros de guión a cada cual más chusco. Se queda en la NBA, subido al último tren y para apenas jugar, pero se queda, que es lo que quería. Tras 104 días en el paro y las calabazas de 29 franquicias, que a toditas debieron llamar sus agentes dando la turra, firma en Dallas como último jugador del roster (nº15), por un año y el salario mínimo, que viene a ser como un 30% menos de lo que ofrecía el Madrid y menos de la mitad que la presunta oferta de Fenerbahce. Salvo lesión de un compañero de puesto, Facu va a chupar tanto banquillo como en Denver, sino más, y lo sabe. Pero le da igual, seguir es «su sueño», pues duro con ello. Que le vaya bonito, la sección espera el cheque por la letra anual de su cláusula, remítase a la av. de las Fuerzas Armadas, 402, Valdebebas.

Uno, como aficionado blanco, quiere lo mejor para el equipo, los mayores talentos posibles sobre el parquet, y Campazzo es uno de ellos. Pero los aficionados tenemos también algo de espíritu y orgullo propio, y a estas alturas de la película casi prefería que no viniera, lo escribí hace dos semanas. Todos entendemos que los jugadores ansíen probarse en la mejor liga y que si les funciona echen raíces, es ley de vida.

Pero no es el caso del Facu, cuya continuidad en la NBA responde más a la insistencia que a haber cuajado deportivamente. Han sido tres meses poco menos que mendigando de franquicia en franquicia hasta arañar un contrato lastimoso por acoso y derribo. Semejante enrocamiento deja la sensación de que la consigna, casi tanto como seguir en la NBA, era evitar volver a Madrid. Porque luego están las formas. Y no, ni la supuesta relación tirante con el director de la sección (JCS) ni que el Madrid juegue en la segunda divisiónl, Euroliga, justifica ciertos desplantes públicos más o menos sibilinos que ha sufrido el club de Facu y sobre todo de sus representantes este verano.

De aquellos polvos…

Sabéis que desde esta tribuna he sido muy crítico con Juan Carlos Sánchez respecto a la salida de Laso, pero en lo referido a la fuga en su día de Campazzo lo justo es cerrar filas. Hagamos memoria: verano-otoño 2020, Facu dice que se quiere ir a la NBA, pero que ni tiene el dinero de la cláusula, ni sabe cuándo se iría (por el decalaje de fechas de mercado USA-Europa) y que, de hecho, tampoco tiene total seguridad de irse. La configuración de plantilla del Madrid ese año quedó completamente condicionada al capricho e incertidumbre de Campazzo: el club no pudo fichar sustituto en verano (cuando aún había género en mercado) dada la ingente cantidad de masa salarial inmovilizada en el puesto de base que suponía Facu.

Así que JCS, como estrategia defensiva, remitió al jugador al pago íntegro y por adelantado de su cláusula, como estaba en su derecho. El Madrid como institución y el papel firmado por delante de los deseos cambiantes de cualquier empleado. Al final intervino Florentino, más acostumbrado a los caprichos de los futbolistas, y alcanzó con Facu un «pacto de caballeros» para desatascar la situación. Un pacto que, sinceramente y visto con cierta de perspectiva de tiempo, ha resultado más ventajoso para el argentino que para la sección.

Los pecados de Facundo Campazzo

¿Va a volver Campazzo al Madrid este verano? No lo sabemos, seguramente no lo sepa ni el propio jugador. Los caminos del mercado NBA son inescrutables para mí, sobre todo en lo que al fondo de armario se refiere. Facu ha dejado clara como 20 veces su preferencia de seguir en América, muy respetable, pero viendo el panorama tras casi mes y medio de mercado, bien puede quedarse colgado. «Me parece que se está demorando y dilatando demasiado, se le están cerrando las puertas en la NBA«, no lo digo yo sino Chapu Nocioni, uno de los que le animaron en su día a cruzar el charco.

¿Y qué puede hacer el Madrid? Ahora mismo poco, dejar la caña echada y asegurarse Herreros de tener cobertura de teléfono en la playa por si llaman desde allende el mar. Podríamos resumir la posición del Madrid en contar con el no y estar preparado para el sí. Seguramente por eso sigue Nigel Williams-Goss, en lugar de romper el cerdito en su finiquito y fichar un base más caro. Eso supondría un esfuerzo económico en el puesto de base que comprometería la maniobrabilidad de la sección en caso de que se abra la ventana Campazzo.

¿Y cómo va esa ventana? Quedan varias semanas susceptibles de actividad de mercado. Hasta el rabo todo es toro, y este artículo puede quedar viejo en cuestión de horas, pero bastante del pescado empieza a estar ya vendido. Entiéndase pescado por oportunidades para Facu de colocarse en franquicias que buscan segundo o tercer base. No hay tantas y varias ya han apostado por otros jugadores. Y al margen de cómo acabe la historia, me queda la sensación de que tanto Campazzo como sus representantes se están cubriendo de gloria desde hace tres años, con una pésima gestión de carrera, apilando decisiones a salto de mata. Repasemos la sucesión:

1.- Firma una extensión multianual con el Madrid que incluye una cláusula antiNBA de seis millones… cuando luego supimos que aún soñaba con la NBA. Es decir, sin ninguna necesidad, porque no terminaba contrato todavía, Facu hipotecó su futuro a cambio de una subida salarial a corto plazo. ¿En serio que nadie a su alrededor, que conociese sus anhelos de NBA, tuvo las luces de recomendarle que lo consultase antes con la almohada?

2.- Primavera 2020, solo unos meses después de la renovación, Campazzo comunica al Madrid que se quiere ir pero que ni tiene el dinero de la cláusula ni sabe cuándo se iría, ni siquiera tiene certeza de su marcha. Juan Carlos Sánchez entra en cólera (razón no le faltaba) y remite al jugador a su cláusula. La situación se enquista durante meses y tiene que intervenir Florentino personalmente para pactar un esquema civilizado de salida. Aquello de jugar ‘gratis’ unos meses como adelanto de la cláusula, que se pagaría a plazos durante varios años.

4.- Otoño 2020, el cartel de mercado de Campazzo toca techo, segundo mejor base de Europa tras Micic, además procede del mismo equipo que Doncic, que eso en la NBA cuenta. Tiene al parecer varias ofertas y elige seguramente la peor, Denver, porque quiere «luchar por el anillo». La casa por el tejado, que canta Fito. Acepta un contrato por poco dinero y rol no garantizado en un sistema de juego heterodoxo, con un pívot director (Jokic) y escaso margen de lucimiento para un base puro como él. Primero le ponen en la esquina a tirar triples y después en el banquillo a agitar la toalla. Seguimos para bingo.

3.- Verano 2022, sale al mercado como agente libre, teóricamente con algo de cartel todavía y su representante presumiendo públicamente del interés de varias franquicias. Pues tanto interés no debía haber porque en 37 días han tenido tiempo de sobra para ficharle. Al final, Facu puede acabar regresando al Madrid a destiempo, con el rabo entre las piernas y sin haber ganado demasiado dinero, de hecho aún tiene una deuda de siete dígitos con el club. Pero seguramente la peor parte sea la gestión de relaciones públicas, remarcar públicamente hace unos días (¿qué necesidad había?) que el club blanco es cuarto plato para él, que prefiere seguir en USA (cito textual) “en la franquicia que sea”. De veras que no es tan difícil tener un guiño con el Madrid, el club que apostó por él y su bote salvavidas si falla la NBA, que se le está poniendo en arameo.

Sinceramente, peor imposible.

¿Qué hacemos con Juan Núñez?

Nos pasa lo mismo casi todos los veranos. Nos flipamos cuando un canterano brilla en algún torneo de categoría inferior e instintivamente acortamos plazos, asumimos que ya está para sumar en el primer equipo. Dani Diez, Radoncic, Tisma, Nakic, Kostadinov… El último es Juan Núñez, MVP hace unos días del Eurobasket sub20, encima español, base y juega bonito. El primer impulso del aficionado medio es pedir minutos para él en Goya, pero la realidad no es un cuento de hadas, la ascensión a la élite es tortuosa y llena de incertidumbre, estadísticamente la mayoría se queda por el camino. Requiere una paciencia a menudo incompatible con la inmediatez de resultados que los propios aficionados exigimos al Real Madrid

Núñez tiene pintaza, seguramente mejor que Alocén, puede llegar… dentro de unos años. Acaba de cumplir 18 y le faltan tanto horas de vuelo como asentar un lanzamiento exterior homologable. Podría mentiros, vender optimismo y cosechar unos likes extra, pero luego vienen las decepciones y los «tú dijiste»: a día de hoy, julio 2022, JN no tiene nivel para la rotación de un contender a la Euroliga. Apuradillo y por su condición de cupo podría quizá encontrar hueco como fondo de armario de un equipo ACB de clase baja. Es lo que nos demostró la pasada temporada, en la que apenas contó pese a lo apretado del calendario (84 partidos) y al reguero de lesiones en el puesto. Solo jugó 170 minutos, firmando 13 partidos en valoración negativa. El primer equipo del Madrid, uno de los tres presupuestos más altos de Europa, no es lugar para hacer la mili, hay que llegar con ella hecha. Pregunten a Campazzo.

A menudo olvidamos que los canteranos proceden del filial, que compite en categoría EBA, cuarta división del basket nacional, con pabellones de pueblo medio vacíos y jugadores en su mayoría amateur, que los lunes por la mañana acuden a su oficina o facultad. Pasar de la noche a la mañana de un equipo EBA a un contender Euroliga supone saltarse muchos pasos intermedios, algo para lo que solo unos pocos elegidos están preparados: Doncic, Mirotic y Garuba, tres en doce años, la excepción que confirma la regla.

La pregunta relevante en el caso Núñez no es si tiene ya nivel para el primer equipo, que no, sino qué hacemos con él hasta que lo tenga. La respuesta no es sencilla pero el Madrid por lo pronto y para evitar sorpresas le ha incluido en el derecho de tanteo ACB. En las últimas semanas hemos visto un éxodo de compañeros de promoción: Urban Klavzar a Murcia, Baba Miller a (la universidad de) Gonzaga y Sediqq Garuba a Cartagena, no como cedidos sino ya desvinculados. No puedes retener a los canteranos eternamente en EBA, esperando una oportunidad en el primer equipo que para casi ninguno llegará. Así que, cuando tienen la mayoría de edad, o les ofreces un contrato, aunque sea para después cederles, o hacen las maletas e inician su propio camino, es ley de vida.

El caso de Núñez es un poco especial porque es el mayor talento de esa camada (junto al mencionado Spagnolo, un año mayor), el que más posibilidades tiene de alcanzar algún día nivel Real Madrid, no como simple mascota de la cantera para los minutos de la basura sino como jugador de rotación con todas las de la ley.

La plantilla del primer equipo para la 22/23 cuenta ya con tres bases puros en nómina (Chacho, Goss y Alocén) y otros tres exteriores que pueden jugar en el puesto con mínima solvencia (Hanga, Llull, Abalde). Núñez no tiene hueco operativo en ese overbooking, no si quiere jugar y progresar, pero al mismo tiempo la sección no quiere desprenderse de él definitivamente. Sería una pena perder los derechos de un joven de potencial, cupo y en un puesto donde escasea el talento. ¿Renovar y ceder? Seguramente sea la propuesta del club, replicar la estrategia que parece estar funcionando con Spagnolo, que progresa adecuadamente y el año que viene jugará Eurocup en Trento.

El asunto es que en toda mesa de negociación hay siempre otra parte y sus intereses no coinciden necesariamente. Que sean canteranos no significa que firmen cualquier papel que les pongas delante, con sueldo bajito, condenados al exilio y encima una cláusula alta. No a todos les seduce, por muy Real Madrid que sea. Juan Núñez ha cambiado de representante recientemente, al parecer la familia busca un giro en su carrera, ¿universidad americana? Tendremos noticias en los próximos días.