Me llegan rumores por distintas vías de que Bruno Fernando puede salir del Madrid en próximas fechas, tal vez destino Grecia o Turquía, idealmente a algún equipo que le ofrezca un salario similar para abaratar la indemnización. Redondeando cifras, Bruno cobra alrededor del millón neto anual, del que restarían unos 750k hasta final de curso. Pienso sin ir más lejos que podría interesarle a Efes, con sus dos pívots lesionados de larga duración, Poirier y Papagiannis.
Insisto en que todavía es solo una opción que baraja el club, pero quizá sea mejor así, que salga Bruno, porque veo difícil que remonte el vuelo en estas circunstancias, sin la confianza del entrenador desde antes incluso de empezar la temporada. Una situación que tampoco coge por sorpresa a quienes prestasen atención a los comentarios de Scariolo sobre Bruno en las retransmisiones de Movistar. Sutiles pero inequívocos.
Hagamos un poco de memoria, que no arqueología. Bruno brilló en la final ACB a las órdenes de Chus Mateo, con 15 de valoración media. No hablo del Cretácico sino de hace cuatro meses. Bruno fue campeón y quinteto ideal del Afrobasket en verano, y arrancó con buenas sensaciones la pretemporada en el Madrid (a las órdenes de Luis Guil), 14 puntos al Alba y 15 de valoración contra Zaragoza. Vamos, que manco no es, aunque a algunos ahora se lo parezca. Tampoco digo que sea Olajuwon, eh, pero sí un activo aprovechable de banquillo y con margen de mejora si se le da confianza y un contexto adecuado. Recordemos que el Madrid le fichó en febrero en competencia directa con nada menos que Panathinaikos y Fenerbahce.
Y es que no está el mercado Euroliga de pívots no extracomunitarios como para despachar a la ligera a jugadores bajo contrato. Por poner en contexto, Olympiakos tuvo que soltar casi un millón de transfer a Baskonia en verano por un Donta Hall de la vida (pasaporte azerí).
Fundido a negro
Después de ese buen arranque de pretemporada, Bruno sufrió un fundido a negro que aún le dura y que coincidió con el regreso de Scariolo tras el Eurobasket. El técnico italiano, según me explican, dijo al club desde su llegada que no quería a Fernando, por eso se tantearon opciones como Daniel Theiss o Kabengele. Lo cual, visto desde fuera, no encajaba demasiado, ya con tres pívots en plantilla: Edy, Bruno y Usman. Ahora lo entendemos mejor.
El inicio de curso de Fernando está siendo lógicamente muy discreto, en lo que creo que concurren varios factores. El primero, su propio desacierto individual, un cúmulo de errores que se hacen bola: que si una pérdida por aquí, que si un despiste defensivo por allá… Y luego que la sombra del banquillazo está mucho más presente esta temporada (= ansiedad), por la mencionada falta de confianza del técnico y el aumento de competencia en el puesto. Los fichajes de Okeke y Lyles en el cuatro han movido a Garuba full time al cinco, y Scariolo sabemos que tiene mucha confianza en el de Azuqueca como center defensivo, así brilló en el oro de España en el Eurobasket de 2022.
Por otro lado, Bruno parece bastante perdido en los nuevos sistemas, aunque no es el único. Comparad por ejemplo el rendimiento de Facu y Feliz hasta ahora con el de final de curso. Tras un mes de temporada yo mismo no tengo demasiado claro a qué se quiere jugar, a qué género pertenece esta película. La única tendencia que sí se percibe es que los fichajes están rindiendo a bastante buen nivel respecto a las expectativas (incluidos aquellos de los que se esperaba menos, como Kramer y Almansa), mientras que ninguno de los jugadores que ya estaba ha mejorado su desempeño del año pasado. Los heredados.
Desde luego tampoco Bruno, que se ha convertido en blanco recurrente de la ira de la afición, el primero al que se dirigen las miradas cuando se pierde o se juega mal. Que no está fino, claro, pero a la vez: ¿qué cuota de responsabilidad en que el equipo no termine de carburar puede tener un jugador de 10 minutos por partido sobre un total de 200 del equipo? Diría que poca. Yo le daría tiempo, que solo van tres semanas de competición. Creo que tiene baloncesto de sobra para ser útil, pero si realmente el técnico no le quiere entonces mejor cortar cuanto antes.
Y si sale Bruno, aún por ver, ¿se apostará por Almansa como 3º pívot o se saldrá al mercado? Justo estos días vemos los últimos descartes de las franquicias NBA antes del inicio de temporada. Hay oportunidades de mercado pero el overbooking de extracomunitarios supone un enorme factor limitante que reduce la maniobrabilidad del Madrid (de lo contrario ya habría llegado un exterior). También os digo que, dado el caso de que saliese Bruno y la gerencia le buscase sustituto, tengo toda la confianza en Pocius tras los aciertos con Lyles y Okeke.
Llegados a este punto de la temporada quizá estéis conmigo en que el Madrid es un equipo que defiende mejor que ataca. Es la 5ª mejor defensa de la Euroliga y la mejor de la ACB con gran diferencia. Pero ataca bastante mal, resultado entre otros factores de unos sistemas previsibles (Chus) y cierto déficit de talento respecto a campañas previas. El verano pasado la dirección deportiva apostó por el físico y la defensa: se perdieron muchos puntos con la marcha de jugadores de vocación ofensiva como Yabusele, Chacho y Poirier, que en general se reemplazaron por músculo.
También influye por ejemplo el bajo rendimiento y fiabilidad del puesto de escolta. Rathan Mayes y Smith jr como fichajes fallidos, Musa involucionado este curso y volvemos a agarrarnos a minutadas de Llull a sus 37 años, dudoso negocio. Se habla también mucho del porcentaje de triple, que yo veo más como un síntoma del problema que como el problema en sí mismo.
Hay un factor que está pasando por debajo de radar en la conversación pública y que para mí influye aún más en el atasco, que es el valle de rendimiento de Campazzo de dos meses a esta parte. Al final es el único generador desde bote fiable del roster, así que cuando él estornuda el ataque del Madrid se resfría. Su talento e iniciativa han tapado muchas carencias colectivas a lo largo del curso, pero su rendimiento ha bajado. Un somero repaso estadístico lo expone a las claras, básicamente ha pasado de promedios de MVP a números de base titular correcto sin más.
🇪🇺 En Euroliga Primeras 23 jornadas: 21 de valoración, 14pts Últimas 6 jornadas: 11 de valoración, 9pts
🇪🇸 En ACB Primeras 15 jornadas: 19 de valoración, 13pts Últimas 7 jornadas: 10 de valoración, 9pts
Varias posibles causas en la ecuación, como un burnout por el minutaje en el primer tercio de curso (gestión de picos de forma) o la baja de su mejor socio en pista, Deck. Por otro lado, el timing de su valle de juego coincide casi exactamente con su segunda paternidad (2 de febrero). Cada caso es distinto, como lo es cada bebé, os lo dice uno que tiene dos.
Hezonja, por ejemplo, fue padre a comienzo de curso y parece haberle sentado estupendamente. Pero Campazzo es un profesional particularmente metódico, casi maniático (en el buen sentido), y pequeños cambios en la rutina pueden alterar al rendimiento a corto plazo. Qué sé yo, o quizá no tenga nada que ver y sea una mera coincidencia temporal. En todo caso, mis respetos y compresión para cualquier profesional que regresa al trabajo solo días o hasta horas después de ser padre. Lo sé, cobran bastante bien por ello, pero si no nos ponemos en la cabeza de la persona no entenderemos al jugador.
En este caso, veo el vaso medio lleno porque le tengo mucha fe a Facu, confío en que habrá dejado atrás este bache de juego para cuando el Madrid se juegue verdaderamente las castañas de la temporada y eso da al equipo un margen de mejora en las próximas semanas.
Me debatía entre poner notable alto o sobresaliente a la temporada del Madrid, y finalmente me animo con el sobresaliente. La cosecha es generosa, ese triplete nacional, pero además valoro mucho el camino andado. Ese primer puesto holgado de la fase regular Euroliga, no haber perdido ni un partido en playoffs ACB y el magnífico juego desplegado en amplios tramos de la temporada. El balance final ha sido de 72 victorias por 14 derrotas, el mejor de la historia de la sección si no me fallan las cuentas.
El apagón en la segunda parte de la final Euroliga hurtó el título continental, que hubiese significado la matrícula de honor, pero me niego a que 20 minutos (aunque los más importantes del curso) condicionen tanto el balance global como para bajar la calificación a notable. Así que, lo dicho, sobresaliente.
La temporada significa la consolidación del proyecto Chus Mateo, al que me parece increíble que no se haya renovado aún. Supongo que la ampliación se cerrará y anunciará en los próximos días, pero el mero hecho de que se haya pospuesto hasta última hora ya habla de cierta desconfianza que me parece injusta con lo demostrado por el técnico. Cuestiones tácticas al margen, hacen falta nervios de acero para llevar un vestuario así y mantenerlo bajo control: el equilibrio de minutos Poirier-Tavares, la gestión de vacas sagradas con nivel menguante o el numerito de prima dona ofendida de Mario tras la final de Copa.
El final de temporada deja cierto aroma a Último Baile, por los veteranos que se despiden y por la salida de Poirier tras su mejor campaña de blanco. La gerencia parece estarse moviendo con sensatez en mercado para suplirlos, pero replicar un plantel tan redondo va a ser difícil a corto plazo, porque hay jugadores irrepetibles y un cierto grado de azar que está fuera del control directivo.
Aquí van mis notas de la temporada.
Campazzo 9. Ha sido el mejor, Quinteto ideal de la Euroliga, MVP de Copa, Supercopa y fase regular ACB, la pared maestra de la evolución del equipo respecto a la temporada pasada. Al final, el de base es el puesto clave del basket FIBA y resulta diferencial contar con uno de los mejores sino el mejor de Europa, sobrado de talento, experiencia y carácter. El año pasado, Goss te aseguraba la defensa y Chacho movía al equipo en ataque, pero estabas obligado a elegir. Con Facu no tienes que elegir, es un notable alto en ambos aros. Atravesó un valle de forma a mitad de temporada, normal con su despliegue físico, las minutadas y la carga de partidos, pero luego rayó a gran nivel en los playoffs de Euroliga y la semifinal ACB contra el Barca. Con él y Edy atados a largo plazo el futuro se contempla con optimismo.
Chacho 6,5. Fue importante en el pico de juego del equipo en el primer tercio de curso, pero después se fue diluyendo, excepción del fogonazo en F4, porque a sus 38 años sencillamente no dan las piernas para mantener el ritmo nueve meses. Sus promedios acumulados entre las dos competiciones son de 4 puntos, 4 asistencias y 36% en tiros de campo, con 15 partidos en valoración negativa, de largo el que más del equipo. A falta todavía de confirmación, parece que ha sido su última temporada en el Madrid, sino también en el baloncesto profesional. Desde aquí darle las gracias por todo lo que nos ha hecho disfrutar estos años, uno de los grandes talentos de la historia del baloncesto español.
Alocén 5. Este curso volvió a jugar al baloncesto, que no es poco, después de casi dos años de baja por una rotura de ligamento y variopintas complicaciones. Solo por eso podría considerarse un buen año. Pero el Madrid no para por nadie, es mal lugar donde recuperar confianza y reencontrarse con el baloncesto, siempre con urgencias competitivas y la máxima exigencia. Gozó de pocos minutos desde su regreso y tampoco es que se reivindicase cuando los tuvo. Llegados a este punto lo mejor era separar caminos y así ha sucedido, pese a que le restaba otro año de contrato garantizado. Se ha desvinculado y ayer mismo fue anunciado por el Gran Canaria. Suerte y salud para él, en Madrid no pudo ser.
Musa 8,5. Roma no se construyó en un día. Algunos dudaron de él por su apagón de la recta final del curso pasado pero, señores, es que solo tenía 24 años. La novatada. Esta temporada se ha movido en sus números en fase regular, y su producción no ha decaído cuando la carretera se ha empinado, casi al contrario. MVP de la final ACB y el mejor del equipo en la Final Four: 35 puntos y 42 de valoración entre ambos partidos. Además, le endosó 24 puntos al Barca en la Supercopa y ha promediado 16 en los playoffs ACB, sin bajar del doble dígito en ningún encuentro. Un reloj. No es tan académico como Mario y le ayudaría abstraerse un poco del arbitraje, pero un caníbal de este calibre es un recurso valiosísimo, capaz de anotar por generación espontánea cuando al equipo se le apagan las luces. Debe ser uno de los pilares para los próximos años y como tal el club haría bien en trabajar desde ya en su ampliación de contrato, para evitar culebrones tipo Tavares y Hezonja.
Causeur 6,5. Termina contrato, tiene 37 años y bien puede (y seguramente debe) haber sido su última temporada de blanco. Y ha sido una digna, habiendo tenido que fajarse con Llull por minutos como reserva de Musa. Su rendimiento ofensivo es menguante, ya no le dan las piernas para atacar el aro en estático, pero ha tenido un papel defensivo interesante en algunos partidos, en función del rival, asumiendo el rol de especialista exterior vacante a la marcha de Hanga. Despedida con honores, uno de esos extranjeros secundarios, como Thompkins o Taylor, que han sido pegamento de vestuario y han ayudado a construir lo que hoy es la sección. Merci.
Llull 7,5. Ha disfrutado en la pista este curso como seguramente no lo hacía desde La Lesión. Se le ve cómodo en su rol de combo, de escolta anotador revulsivo, liberado de obligaciones de dirección. Le ha respetado el físico y, pese a la edad, conserva cierta chispa física y mental. Por su tipo de juego, tiene días que no entran y casi resta, y otros que parece Stephen Curry, pero en general la ecuación ha resultado positiva para el equipo esta temporada. Sus rachas han servido para cambiar tendencias o romper partidos, algunos importantes. Salvo sorpresa, será el único veterano que continúe, así que asumirá la capitanía y se esperarán de él pinceladas en pista y, sobre todo, liderazgo fuera de ella. Vamos, que le enseñe Rudy a encender la barbacoa…
Abalde 6,5. Ha aumentado prestaciones respecto al curso pasado, que no era difícil, convirtiéndose en un activo útil de rotación en ACB. Una mejora bastante ligada a la confianza en el tiro: su porcentaje de tres ha subido hasta un aseado 42% (58 de 140), cuando el año pasado se quedó en el 26%, un hándicap pues lanza a menudo liberado. No me hubiese sobrado algún minuto más suyo, pero no era fácil teniendo por delante a las viejas glorias. ¿Esperábamos más del gallego cuando se le fichó? Ciertamente, también creo que su cláusula influye en la percepción. Pero después del curso pasado yo ya compro casi cualquier cosa que pueda aportar, y este año lo ha hecho. Le queda otro de contrato garantizado y seguirá, no sobra como cupo nacional para la segunda unidad.
Deck 6,5. Temporada un poco discreta mientras estuvo, condicionado por el overbooking en el puesto de alero. Y después, las lesiones. Se ha perdido más de 30 partidos, incluyendo playoffs Euroliga y ACB por segundo año consecutivo. Se le echó particularmente de menos en la F4, su dureza, defensa e inteligencia en pista. Dedos cruzados para que se recupere bien y poder contar con él desde otoño. No es la estrella del equipo pero sí un jugador fundamental.
Hezonja 8. Me cuesta ponerle nota, porque ha tenido picos de sierra muy pronunciados. Por un lado estuvo brillantísimo en tramos de fase regular, líder del equipo durante el bajón de forma de Tavares y Campazzo. Pero también se borró mentalmente durante varias semanas después de la Copa, mohíno por su minutaje. Por último, ha sabido aportar defensa y rebote en la recta final de curso cuando el aro se le hizo un poco más pequeño. Su versatilidad, su rendimiento en ambos aros y su condición de cupo le convierten en un activo muy valiosos de la rotación. Todo lo relacionado con su renovación ha sido un descalzaperros, pero ya está, se queda y es objetivamente una gran noticia en términos deportivos.
Rudy 6. Tenemos el corazón blandito por su retirada, pero esto son las notas y, siendo honestos, su nivel esta última temporada ha sido discreto en términos generales, muy dosificado por Chus Mateo. Son 39 años y, aunque la cabeza le va como un avión, las piernas apenas le respondían ya para el mínimo que requiere la élite. Se ha perdido 32 partidos por descanso o lesión. Para el recuerdo queda el momento mágico de su partidazo en el 2º de la final ACB y esa ovación interminable que le brindó el Wizink, merecido agradecimiento por su aportación decisiva para cambiar el rumbo y la historia de la sección. Gracias eternas.
Ndiaye 6,5. Esperaba algo más de minutaje de Eli tras su irrupción al final del curso pasado, pero prácticamente desapareció de la rotación una vez Yabusele volvió en enero. Atrás cumple casi siempre, y con nota, y parece ir mejorando el tiro exterior, clave para su usabilidad como ala-pívot en la élite. No es un talento natural para el lanzamiento de tres, pero también es una suerte del juego que se mejora con tiempo y entrenamiento. Debe ir a más y asentarse como actor secundario.
Yabusele 7,5. Sensación de que vio las orejas al lobo con el incidente contra Partizán, hizo propósito de enmienda y lo ha cumplido. Este año ha bajado revoluciones en pista, menos trifulquero. Se ha concentrado en basket y eso ha repercutido directamente en su rendimiento, firmando una campaña sólida. Con las conocidas carencias atrás, pero con una notable aportación ofensiva desde su regreso en enero. Poca broma sus promedios Euroliga: 10.5 puntos, 46% en triples y 14.5 de valoración. Tiene otro año de contrato garantizado y está llamado ser una de las piezas importantes de la segunda unidad.
Tavares 7. No ha sido su mejor temporada de blanco: le llevó meses recuperar el ritmo tras aquella lesión de tobillo, y tampoco creo ayudase la incertidumbre por su renovación. Ahora bien, en mayo recuperó el tono y destrozó al Baskonia en playoffs de Euroliga y al Barca en semis ACB, pena de esos problemas de faltas en la final de Berlín. Ha acabado renovando por mucho dinero (lógico) y muchos años (riesgo), una apuesta importante del club a medio-largo plazo. Sobrevuela el miedo por la tendencia a lesiones y carreras cortas de los jugadores tan altos, pero también es cierto que nunca habíamos visto a un 2.20cms tan proporcionado y cachas. En todo caso, especificaciones al margen, es una renovación troncal que mantiene al Madrid como candidato a todo los próximos años.
Poirier 8,5. Con diferencia su mejor campaña en el club, una vez le han respetado las lesiones y ha encontrado un socio para maximizar sus virtudes. Esa sociedad con Chacho marcó la primera mitad de la temporada en la Euroliga, reventó partidos y nos dejó momentos de excelencia. El circo. La producción por minuto de Vincent este curso ha sido un disparate, y lo ha sido en ambos aros, que en defensa dio un enorme paso al frente, líder de la Euroliga en tapones jugando solo 18 minutos (¡!). Termina contrato y se marcha a Turquía, a cobrar lo que vale y ser titular. Ley de vida.
La Copa del Rey regresa a las vitrinas blancas después de tres años de sequía. Y con ella da continuidad el Madrid a su temporada redonda, líder en solitario por partida doble y campeón de todo lo jugado hasta la fecha (Supercopa y Copa). Un título, de paso, para despejar dudas de los agoreros y antichusistas, que increíblemente aún quedan, y no pocos, que corrieron a ver un patrón en las derrotas puntuales de enero y febrero, el comienzo de un declive. Y no, simplemente el equipo había bajado de marcha, economía de esfuerzo. Se relajó un poco y notó las lesiones, los avatares propios de este calendario disparatado. Y por el camino la Chusoneta perdió la imbatibilidad, se volvió terrenal. Tan mal nos había acostumbrado, que a algunos les parecía casi intolerable ganar ‘solo’ el 75% de los partidos sufriendo a veces.
Llegó Málaga y con título en juego el Madrid subió de marcha, despejó las posibles dudas de un plumazo: será terrenal pero también el mejor equipo del continente, lo es desde hace ya unos cuantos meses. Como prueba la propia Copa del Rey, la paliza al Valencia en semis y la victoria en la final, en duelo de poder a poder contra una versión muy seria del segundo clasificado de la Euroliga.
Whatever works
Una final, desde la perspectiva blanca, marcada por la estrategia de Chus Mateo, diría que un poco sorprendente, porque no lo habíamos visto antes, de reducir la rotación a su mínima expresión. Una heterodoxia con premio, que las finales están para ganarlas, no son territorio para el equilibrismo de egos y el buenismo. Para eso tiene ya muchos partidos el calendario. Tavares y Mario, dos de los referentes del equipo, se quedaron en minutajes bajitos (17 y 11, respectivamente). Y las cuatro viejas glorias directamente ni pisaron la pista en la segunda mitad, a excepción del minuto final de la basura en que compareció Llull.
Esta versión tan noventera y balcánica de Chus recuerda un poco a la de la Final Four, de 40 minutos en zona, whathever works. Claro que aquel tenía mucho de recurso desesperado, que estaba el equipo en cuadro por las bajas. Sea como fuere, CM debió sentir que el quinteto con Facu, Musa, Deck, Yabu y Poirier hizo click. Le estaba funcionando, adaptó sobre la marcha el plan de partido y lo mantuvo en pista más de lo previsto. Se la jugó y le salió bien. Se cascaron la segunda parte casi entera y acabaron abrasando al Barca. La química que surgió entre ellos pudo más que el cansancio.
Si alguien se ofende por este reparto de minutos, honestamente, que coma ajos, que la 29ª está en casa. Muchos están señalando a Hezonja, seguramente menos participativo que en otras celebraciones. Se retiró el primero al vestuario, en cuanto recibió el título, y declinó hablar con prensa (Ajero).
En un vídeo que ha publicado Movistar aparece nervioso en el vestuario, hablando con el utillero, cabreado porque sus compañeros sigan celebrando el título con sus familias en el parqué. Se le escucha algo como: «Hemos venido, hemos hecho lo que teníamos que hacer y nos vamos a casa. ¿Es que nadie quiere ir a Madrid? ¿Qué hacen, dónde están?».
Por otro lado, esto me cuenta por Twitter un usuario que asistió en directo a la final: «(Mario) estuvo a punto de llorar del cabreo que tenía. Cuando Herreros intentó hablar con el (después de intentarlo varios compañeros y responsables) movió la cabeza negando y hablándole muy enfadado. Su pareja (la de Mario) le dio la gorra de campeones a un utillero»
A la hora que actualizo este post, 15:37h del lunes, aún no ha publicado absolutamente nada en sus redes sociales sobre el título. Sorprendente siendo el jugador más activo y prolífico de todo el equipo en Instagram y Twitter, que le suele faltar tiempo para compartir stories a cholón tras cada partido.
La mejor versión de Yabusele
El reparto de minutos en la final es una excepción y no la norma, Hezonja es de los que más juega y de más tiros dispone habitualmente. Seguro que hubiese preferido disponer de más tiempo en pista, máxime cuando rayó a gran nivel en lo poco que jugó. Pero tampoco es ningún niño caprichoso, como algunos insisten en caricaturizarle desde su etapa en el Barca. Ha madurado, ya demostró bastante paciencia el año pasado, hasta que Chus encontró un rol para él. Es un profesional con experiencia como para entender que el equipo está por encima de los jugadores y que las finales están para ganarlas. No seamos simplistas: si finalmente no renueva, que está por ver, no será por el minutaje en la Copa sino porque quiere mucho a Panathinaikos y le ofrezca más.
Su banquillazo responde estrictamente a la estupenda actuación de Yabusele y Deck, con los que comparte puesto. Es el riesgo propio de habitar una plantilla de tanto lustre. Del argentino podíamos esperar minutada y rendimiento: perezoso en fase regular pero el primero al toque de corneta cuando se acercan los títulos. En concreto resultó clave en los minutos más delicados, cuando el FCB amenazaba pelota de break.
Sorprende algo más lo de Yabusele. No contaba mucho, lo confieso, con esta versión tan consistente, seleccionando sus tiros con esta responsabilidad (5/7), tan comprometido en defensa y rebote (9). Uno de sus mejores partidos en el Madrid hasta la fecha, sino el mejor, me da igual lo que diga la estadística. Deberíamos ir enterrando el relato de que resta al equipo más de lo que suma. Tiene días mejores y peores, pero el potencial es evidente y en la final de Copa lo demostró. Diría que el jugador que sale más reforzado.
Porque Poirier no necesita ningún refuerzo, su temporada es de sobresaliente y la Copa del Rey la consecuencia. Campazzo firmó un gran torneo, clave el jueves contra Murcia y sostén de la generación desde bote. Pero el MVP era para mí Poirier. El más valorado esta semana (22.3 de media) y de largo el mejor de la final (32). Está finísimo, llega a todo en ambos aros. Contuvo la producción de Vesely (cuyo tiro de media distancia es un martirio para Tavares) y se comió a Hernangómez cuando coincidieron en pista. Informaba Encestando hace unos días de que el Madrid ya ha iniciado contactos para su renovación y que hay «optimismo», que el jugador galo parece «receptivo». Solo digo: dense prisa.
La enseñanza que saco de esta Copa es que confiemos un poco más en el proyecto y en Chus e hiperventilemos un poco menos con cada derrota en fase regular. Mientras el Madrid mantenga bloque y la salud respete, los títulos van a seguir cayendo como fruta madura. No todos, pero no pocos. Disfrutémoslo mientras dure y valorémoslo como merece.
Hemos escuchado a entrenadores, directivos y jugadores quejarse de la saturación del calendario desde hace algunos años, cada vez con más insistencia, según aumenta el número de partidos entre los retoques de formato y la descoordinación Euroliga-FIBA. Lo de esta última Navidad ha sido un despropósito, con encuentros en Goya el día de Nochevieja (¡!) y el 5 de enero por la tarde, a la hora de la cabalgata de Reyes.
Echemos la vista atrás. El cambio en 2016 de un formato Euroliga con top16 a otro con fase regular de todos contra todos añadió de una tacada 10 partidos al calendario. Este año se instaura el play-in y el que viene podrían entrar dos nuevos equipos (= 4 partidos más). Como veis, todo es sumar, una huida hacia adelante. Estamos copiando los errores de la NBA, que han llevado a que la fase regular y los playoffs parezcan casi deportes distintos.
La temporada de un Madrid ronda ahora los 90 partidos oficiales al año. Por comparar, el equipo de fútbol juega unos 55-60. Como aficionado que consume el baloncesto como entretenimiento, como quien abre Netflix, uno escucha las quejas de jugadores y entrenadores desde cierta distancia. Empatiza con su preocupación por lesiones y su deseo de una mínima conciliación familiar, pero ni les conocemos en persona ni deja de ser un sacrificio bien retribuido.
Efectos secundarios
Aunque bien pensado, y esta es la reflexión que os quería traer hoy, a los aficionados sí que nos afecta también esa saturación de calendario, porque repercute directamente en la calidad e interés del producto que consumimos. ¿Cómo se mantiene la tensión competitiva y la atención de la audiencia con 68 partidos de fase regular con tan poco en juego? El valor del resultado se diluye. Una derrota es compensada a las 48h por una victoria, y viceversa, y ninguna de las dos importa en verdad demasiado para el objetivo último (el título). Lo que queda es el highlight, el meme y el hito estadístico, aquello que cabe en un reel de Instagram o en los 280 caracteres de un tweet.
Las estrellas descansan o juegan a medio gas muchos partidos. sencillamente no se puede ir en sexta marcha durante nueve meses. Sin quitar mérito a Murcia o Granca, que están haciendo temporadones, mirad la intensidad y el hambre con que compareció el Madrid en sus pistas en los recientes duelos. De turismo hasta la Copa… La acumulación de partidos aumenta el cansancio y el riesgo de lesiones musculares, y los equipos se adaptan configurando plantillas largas y dosificando esfuerzos, sobre todo si juegan dos competiciones. El campeón no suele ser el mejor durante el año sino el contender que se libra de lesiones en mayo-junio y mejor gestiona los picos de forma. Un juego tanto o más de supervivencia que de excelencia. ¿Es esto lo que queremos?
Llegado a cierto punto, que creo que ya hemos cruzado, más partidos no hacen más afición sino casi lo contrario. Me refiero a los efectos secundarios del calendario, como la confusión e incluso desconexión en el aficionado irregular, que numéricamente es el mayoritario. O sea, mi padre, con 70 palos y bastante tiempo, que no es un freak como yo, e igual te ve baloncesto que fútbol o tenis, y de ninguno se sabe el horario al dedillo.
«Papá, ¿verás luego el partido?» «¿Qué partido?» «El del RM, que juega Euroliga en Milán» «No sabía que jugaban hoy. Pero si estamos a martes…»
Como comenta Vicente Solano en Twitter: «El ritmo del calendario es insostenible. Incluso a los muy cafeteros nos cuesta seguir las jornadas dobles y compaginar con ocupaciones y otros hobbies. A veces agota tanto partido y no se disfruta igual».
Será que ahora soy padre de dos bebés y no me sobra el tiempo, pero cada vez le veo menos sentido a esta vorágine, y para colmo Euroliga planea seguir añadiendo partidos alegremente, como quien vende libros al peso. No hace falta un gurú con MBA para intuir que dosificar el producto ayudaría a generar expectación y ponerlo en valor, el viejo principio de menos es más.
Campazzo lo retoma exactamente donde lo dejó cuando se fue a hacer las Américas, levantando títulos colectivos y trofeos individuales: campeón de Supercopa y MVP del torneo. Y es que, cuando uno está donde de verdad encaja, el talento fluye y los resultados llegan por decantación. Su regreso pasó relativamente desapercibido este verano, quizá por esperado, porque los aficionados somos unos yonkis de la novedad y Facu parecía ‘sopita recalentá’. Preguntado en una entrevista esta semana, antes de la Supercopa, Hezonja en cambio lo tenía clarinete: «Hemos fichado al mejor jugador que había en mercado». Con Micic allende el mar resulta difícil negarle a Campazzo el status de mejor base del continente, para muestra un botón. 36 puntos, 10 asistencias y 44 de valoración el fin de semana en Murcia.
Durante sus casi tres años de ausencia y sin invertir el Madrid en un verdadero recambio de élite, se encontraron vías para competir, mucho mérito, hasta se ganó la Euroliga este mayo. Pero con Facu todo es más sencillo, no hay que parchear. El quinteto es equilibrado, la rotación más lógica, con un base que no cojea en ninguno de los dos aros y que libera a Musa de responsabilidad en la generación desde bote. Sus soluciones a sistema roto tapan parte de las carencias de la pizarra de Chus en ataque estático, uno de los grandes déficits del equipo el curso pasado. Lo único, eso sí, que nadie olvide poner una vela por su salud, porque se vienen minutadas semanales en Euroliga y hay muchos huevos puestos en esa cesta.
Balón de oxígeno para Chus
Del título de Supercopa digo lo de todos los septiembres (y van seis seguidos!), que será el menos relevante de los cuatro torneos de la temporada pero que a nadie amarga un dulce. Sobre todo a Chus Mateo, al que le compra unos meses de confianza de la directiva tras el desenlace tan feo del curso pasado, con ese baño del Barca en la final ACB. Aunque también os digo que mientras Scariolo siga en mercado, sin equipo (España al margen), escucharemos el murmullo sobre el banquillo a poco que se pierdan dos partidos seguidos.
Volviendo a la Supercopa, los marcadores no fueron abultados pero el equipo blanco transmitió en los dos partidos cierta sensación de superioridad, de disponer de una marcha más que los rivales cuando hizo falta, sobre todo atrás. Estamos empezando y tienen más caras nuevas que el Madrid, pero el Barca (rival directo en todas las competiciones) encara una montaña de trabajo por delante. A botepronto diría que la marcha de Jasikevicius es un alivio para el RM, como lo fue en su día la de Xavi Pascual. Con sus defectos, que también los tienen, es gente que ponía bastante alto el listón competitivo y te obligaba siempre a dar una buena versión para ganar. Grimau es un novato absoluto en la élite y algunos fichajes son de más ruido que de nueces.
Willy Hernagómez ha firmado 2.4M netos anuales (casi cinco brutos), el salario más alto de la ACB y top-5 Euroliga, un sobreprecio enorme por el factor morbo, puro laportismo. WHG es un pichichi de la zona, un jugador de nivel, faltaría más, pero ni era la posición donde el FCB necesitaba romper el cerdito ni con esas carencias puede ser referente a tiempo completo de un contender a la Eurolga, lo que pide ese salario. Porque esto se sigue jugando a dos aros y el basket FIBA exige un mundo en defensa de los pívots, no solo contener a su par, sino por ejemplo emparejarse con un pequeño a siete metros si hay cambio y hacer ayudas / intimidar cuando un rival desborda a un compañero. Willy no tiene nada de eso, nunca lo ha tenido y canta por soleares contra rivales top. Facu olió esa debilidad y la martilleó en semis, entrando por la zona como Pedro por su casa, que por allí se decidió el partido. 56 puntos recibidos en la pintura el Barça.
Poirier y Musa, reforzados
La final contra Unicaja dejó una estadística curiosa, ese -11 del Madrid con Tavares en pista. No que Edy jugase mal, que lo hizo a su nivel, pero acabó exhausto tras una minutada del tirón en la segunda parte, emparejado con Osetkowski que le sacaba de la zona. Pasa que Chus es más bien amarrategui, ya lo sabemos, y siendo una final le costaba sentarle y meter a Poirier, como pedía el partido a gritos. Bien, fue salir el francés fresco en el último cuarto y romperse la final, a medida que empezó a combinar con los bases. +12 en sus minutos, esperemos que CM tome nota. No dispone este curso de tantos recursos desde el banquillo (ahí se nota la mordida de la desinversión) como para desaprovechar el más valioso, los minutos de Vincent a poco que le respete la salud más que el año pasado.
Y otro que arranca con buen pie el curso es Musa, despejando de un plumazo casi cualquier duda por su nivel en primavera, a la que llegó exhausto física y mentalmente. Abrió al Barca en canal el sábado con 22 puntacos en la segunda parte, lanzando de tres según recibía y entrando como cuchillo. Desde un rol más de ejecutor y con menos bote, el que permite Campazzo, y cumpliendo mejor atrás. Ese trabajo físico en verano que se note. Hay escolta titular para años… si conseguimos renovarle, que acaba contrato en junio, como Edy y Mario. Sinceramente, no veo mayor prioridad en la sección que amarrar la continuidad de los tres. Con ellos más el dúo argentino los títulos pueden ir cayendo como fruta madura los próximos años, sirva de aperitivo esta Supercopa.
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