Morbo del derbi aparte, era una final para los dos equipos, por las urgencias clasificatorias, y se saldó con una cómoda y convincente victoria blanca, balón de oxígeno tras 6 derrotas en 7 partidos y de paso otro clavo en el ataúd por fascículos que vuelve a ser la temporada Euroliga del Barca (un pie fuera con balance 4/8). Un triunfo local sin paliativos, demostración de carácter y concentración, arriba en todo momento en el marcador desde el minuto 11, merced principalmente a un notable esfuerzo de defensivo, sin necesidad de alardes en ataque. En realidad, estuvo la producción bien atomizada, con seis jugadores en doble dígito de anotación, acompañando esta vez sí a Doncic, tan sólo en algunas de las citas previas.
Campazzo recuperó parte de la chispa perdida, sobre todo en los minutos iniciales, hasta que le desquició el teatrillo de Navarro, mientras Carroll subió tres canastas seguidas clave al comienzo del segundo cuarto, único momento en que la dinámica de partido perteneció al Barca. Bien Laso esta vez, usando los tiempos muertos para cortar parciales y la cadencia en los cambios para mantener el nivel de intensidad atrás, pese a la escasez de efectivos.
Doncic dio una nueva exhibición de baloncesto, que tiempo hace dejó de ser noticia, y la dio pese a llegar mermado, que no entrenó lunes ni martes por un proceso febril. Estamos contemplando historia, va directo al MVP a poco que el Madrid termine la regular entre los 5 primeros. Al fin y al cabo, habrá más años para premiar a Vesely o De Colo, los mejores entre los terrícolas.
Metió Luka un puñado de canastones, incluida esa mandarina desde su tiro libre que dará la vuelta al mundo, pero sobre todo hizo jugar al equipo como un reloj suizo, liberando tiros para sus compañeros, en connivencia con la porosa defensa azulgrana. Se fue a siete asistencias, que bien podrían haber sido algunas más a poco que sus compañeros hubiesen acertado en parámetros habituales.
Sorprende ese 2/9 en triples de Thompkins, héroe ante el Murcia, dato que compensó con quizá su mejor actuación defensiva con la camiseta blanca: 4 robos, 3 asistencias, 5 rebotes y muy buen timming en las ayudas. Aunque el verdadero valladar atrás fue Tavares, al que no hace honor la estadística. Desquició a la referencia interior rival, Seraphin, que metió un par de lanzamientos de media distancia pero se le hizo de noche bajo el aro, su habitar natural, donde se quedó en 1 de 7. En realidad los tres interiores sanos del Madrid rayaron a un nivel, pues Felipe aprovechó la bien conocida fragilidad defensiva de Tomic para cargar el rebote ofensivo y visitar con asiduidad la pintura, resultado 14 puntos sin despeinarse.
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