Dzanan Musa, a man on a mission

No es lo mismo brillar en ACB que en Euroliga, ya se la pegó en el Efes, le puede pesar la juventud, a ver cómo se adapta a un ‘grande’… Eran dudas razonables sobre Musa a comienzo de curso, dudas que ha resuelto ya de un guantazo. Literalmente está echando la puerta abajo en su primera temporada Euroliga. Escribo primera en cursiva porque técnicamente no lo es, con 16 años jugó unos minutillos con Cedevita y durante su efímero paso por Efes disputó exactamente 11 minutos.

Por su impacto y proyección, Dzanan Musa bien puede ser el fichaje más importante del Real Madrid de basket en más de un lustro, en concreto desde Tavares, que ya ha llovido, noviembre de 2017. Esta semana, en un margen de 48h, el bosnio le ha endosado a Efes y Milán 43 puntos para 57 de valoración, números de MVP. Y no son flor de un día, que está asentado en el top10 de la Euroliga en anotación y eficiencia (val), jugando en el segundo clasificado.

Todo eso con solo 23 años. Estamos viendo la historia cocinarse ante nuestro ojos y no somos del todo conscientes, enrocados como estamos en nuestras guerrillas cotidianas sobre Chus, Llull, JCS y las quinielas de fichajes. Para poner en contexto y poder comparar, he elaborado una lista rápida de los mejores jugadores de la Euroliga de hasta 23 años (su edad), y me salen estos. Veréis que no hay color.

Procida (Alba) 20 años
Bonga (Bayern) 23
Petrusev (E. Roja) 22
Mannion (Virtus) 22
Pradilla (Valencia) 22
Madar (Partizán) 22
Jokubaitis (FCB) 22
Strazzel (Mónaco) 22

¿Por qué es tan bueno Musa?

En buena medida por madurez y mentalidad, que en el deporte de élite marca la frontera entre ser bueno y ejercer de ello. Jugadores con físico y talento de estrella hemos visto pasar unos cuantos, pero estrellas poquitas. A Musa le sobra aquello que le falta por ejemplo a Abalde, verticalidad, descaro, decisión y agresividad. Creérselo, vaya.

Es un animal competitivo, a man on a mission. Además es listo/práctico, no se pierde por las ramas, busca casi siempre el camino más corto y eficiente hacia el aro, el tiro de mayor porcentaje, que a menudo no es el más plástico. En su caso consiste en atacar el aro desde bote, eurostep mediante, y definir en extensión, a menudo por la izquierda, aprovechando la ventaja de envergadura sobre sus pares. Hezonja es más bonito, pero podría aprender un rato de su brate en selección de tiro.

El tránsito de Musa a la posición de esolta full time, que pondría en el haber de Chus Mateo, manque pese, ha sido clave en su adaptación al ecosistema Madrid. Un puesto con menos competencia que el de alero en la rotación. Al final vivimos en una era de posiciones líquidas, definidas por el rol más que por el puesto. ¿Musa es alero o escolta? Qué más da, es un soberbio generador desde bote (por cierto, 8 asistencias en la doble jornada Euroliga), la cualidad más apreciada en el mercado FIBA.

Riesgo de fuga NBA

Me consta que la dirección ya trabaja en la extensión de su contrato, que termina en 2024, igual que con Deck y Tavares, a los que en el club se considera los tres pilares del proyecto. Dada su edad, si el Madrid consigue retener a Musa bien podría marcar la próxima década en la sección, hablamos de esa clase de proyecto. Y cuando digo esto siempre surge la misma pregunta: ¿riesgo de fuga a la NBA? Siempre lo va a haber, y no hay cláusula que lo pueda impedir, como aprendimos del caso Campazzo. No se pueden poner diques al mar. Pero algunos factores reducen la probabilidad en el caso del bosnio: ya estuvo, lo probó y no le gustó mucho, a tenor de lo que explica en entrevistas.

A la NBA no se plantea regresar para limitarse de nuevo a un rol de 3&D (triples y defensa), es decir, gregario sin balón en las manos. Porque además tampoco es lo suyo, defiende regular y no es un especialista de tiro. Y se me antoja improbable que una franquicia le ofrezca rol de primer o segundo espada en la rotación a quien ya pasó por la liga con más pena que gloria. Por muy bien que lo haga en la Euroliga. La NBA no suele funcionar así.

Y Musa será joven por edad, pero pájaros en la cabeza parece tener pocos. Se ha dado ya suficientes hostias por el camino como para valorar donde está bien y le aprecian como para cambiarlo a la ligera.

Resultados vs «sensaciones»

El Real Madrid parece haber retomado la velocidad crucero tras la decepción de la Copa del Rey. Suma 8 triunfos en los últimos 9 partidos de Euroliga y lidera la tabla en solitario tras la derrota del Olympiakos en Milán. También comanda la clasificación ACB (7 victorias seguidas), y también en solitario tras ganar en Santiago + la derrota del Barca en Zaragoza. Nótese que no he dado aún mi opinión, no interpreto, solo estoy leyendo la clasificación y los últimos resultados, casi lo único objetivo e irrefutable en este negocio. Bien, pues resulta que esta mera constatación escama a cierto sector de la afición ¿madridista? al chocar con sus previsiones catastróficas tras la marcha de Laso.

Veréis, se me ocurrió mencionar en un tuit la noticia (buena nueva, no?) del liderato Euroliga y estas han sido algunas de las contestaciones recibidas, muestra del disparatado clima de opinión derrotista por adelantado alrededor de la sección este curso. Van entrecomilladas porque son literales, juzguen ustedes mismos.

> «El equipo NO convence»
> «Que desastre !!!!! No es un equipo»
> «Sí, liderato pero sigue sin convencerme el juego. Falta algo»
> «No tengo esperanzas con este entrenador, lo siento»
> «Huele a fracaso, no hay entrenador»
> «Con cualquier entrenador de primera aspirarías a más que con este»
> «Luego viene un cualquiera en semifinales y para casa calentitos»
> «Desastre de gestión del entrenador»

Tengo asumido que la afición blanca es por definición exigente y hace un drama de cada derrota, pero lo de esta temporada es distinto y excede ese listón histórico. Hay una brecha como no había conocido entre los resultados del equipo, objetivamente sólidos, y el desapego de buena parte de la parroquia. Lo siento, es un pesimismo histriónico que me supera, en muchos casos sugestionado por las viudas de Laso en algunos de los medios de comunicación deportivos más influyentes.

Cata a ciegas

Un pesimismo, por cierto, que no aguanta una simple cata a ciegas. A saber… El curso pasado con Laso el balance a estas alturas entre ACB y Euroliga, antes de que comenzase la tormenta, era de 36 victorias y 10 derrotas. El equipo tampoco atacaba fluido pero era un «tren de mercancías», una «roca». ¿Sabéis cuál es el balance de este año con «el becario», como algunos se refieren despectivamente a Chus Mateo? Pues exactamente el mismo, 36 victorias y 10 derrotas. En ambos casos se ganó la Supercopa pero no la Copa del Rey.

Es decir, los resultados, lo objetivo, son idénticos. Así que el pesimismo sería estrictamente subjetivo, «las sensaciones». En la mayoría de los casos explicadas en un compendio de conceptos abstractos y de frases categóricas: «el equipo no convence», «no juega a nada», «no transmite». Como si fuese un walkie talkie. No, el equipo no tiene que transmitir sino ganar, esto es el Madrid. Y en las metas volantes de la temporada hasta el momento va ganando, a excepción de la Copa.

Puedo encender la cafetera y compartir ciertas dudas razonables, detalles de la gestión de finales ajustados, matices en la distribución de roles/minutos cuando se empina la carretera o desequilibrios en la configuración de plantilla (puesto de base). Pero, ¿y qué rival no tiene ninguna duda a estas alturas o una plantilla perfectamente equilibrada? Si ese equipo existe lo que os aseguro es que presenta peor balance victorias-derrotas que el Madrid…

Otro secreto: uno no lidera la Euroliga por casualidad, sin hacer bastantes méritos, aunque a Chus se le nieguen. ¿Porque no le contempla una laureada trayectoria como primer entrenador, porque no tiene un apellido balcánico y formas autoritarias? ¿Pero con quién habían empatado exactamente Itoudis, Xavi Pascual o Laso como primeros entrenadores antes de ganar la Euroliga con CSKA, Barca y Madrid, respectivamente?

Laso no debió salir, en eso creo que estamos todos de acuerdo, y desde luego no así, pero ya está, pasemos página o hagámonos del Fuenla. Pero seamos mínimamente justos con Chus, que está cumpliendo como para por lo menos posponer a junio los juicios categóricos.

El Madrid empieza a carburar: los ajustes de Chus Mateo

El Madrid de Chus Mateo progresa adecuadamente. No solo por los recientes triunfos frente a rivales directos (FCB y Mónaco), que han calmado al sector más agorero, sino en términos generales, por el balance de la temporada (colíder de ambas competiciones) y las sensaciones que transmite el equipo (en crecimiento y lejos aún de su techo). E igual que cuando surgieron dudas razonables señalamos al banquillo, es de justicia reconocer su mérito ahora que la nave parece haber cogido velocidad de crucero.

Chus tiene todavía bastante que demostrar en la dirección de partidos o el diseño de jugadas en tiempos muertos, ahí se le nota la falta de horas de vuelo como primer entrenador, pero a cambio se está mostrando solvente y con cintura en la preparación de los encuentros y la gestión del plantel. Y no subestimemos el marrón que heredó: no es fácil encontrar un rol para cada jugador de este sobrepoblado juego exterior, con jóvenes pujantes y veteranos de gran ascendencia en vestuario y prensa.

Bajando al detalle, veo dos claves en la mejora del Madrid, y ninguna de las dos ha llegado de la noche a la mañana, quizá por eso parecen sutiles, consecuencia de la evolución natural del equipo.

1.- La DEFENSA. Le prestamos poca atención porque no sale en el boxscore, y nos hemos olvidado porque la memoria del aficionado es por frágil por definición, pero las primeras dudas a comienzo de curso vinieron por la debilidad atrás. Entre finales de octubre y primeros de noviembre el equipo recibió 95 puntos de la Virtus, 94 del Zaragoza y 92 del Baskonia, todas derrotas. Se encajaban grandes parciales y por momentos se dejaba de competir, llegamos a pensar que a Chus se le estaba yendo el vestuario de las manos. Había un problema y se ha corregido.

Vale que el plantel perdió en verano potencial defensivo exterior con la salida de Taylor y la llegada de Musa y especialmente Chacho. Pero la defensa tiene también mucho de dinámica colectiva, de compromiso y, claro, de ajustes tácticos. El regreso de Hanga y Goss de sus respectivas lesiones ha ayudado, y el estado físico de Edy también. Y ahí están los datos de la mejora en este segmento: aquel Madrid poroso atrás a comienzo de temporada está ya empatado con Olympiakos y FCB como mejor defensa de la Euroliga, 76 encajados por encuentro.

2.- AJUSTES EN LA ROTACIÓN
. Seguramente el gran pecado de Mateo a comienzo de curso fue su férrea fidelidad al esquema que le funcionó en el pasado reciente. Siguió al pie de la letra el libreto de junio, aquella rotación corta que le dio el título ACB, con minutadas de Hanga, Causeur y Yabusele, y los balones a Deck al poste como primera opción en estático. Ese esquema tenía todo el sentido entonces, con muchos lesionados y menos recursos ofensivos exteriores, pero supone un desperdicio de talento esta temporada. Así que ha ido haciendo ajustes progresivos, experimentando en los espacios que abrían las lesiones.

> Meritocracia en el cuatro. Los primeros meses de temporada de Yabusele fueron pobres, estancado sino directamente involucionado, tomando malas decisiones en pista y poco comprometido atrás. Por no hablar de algunos gestos fuera de lugar, se iba mentalmente de los partidos y se perdía en batallas paralelas. Pareció atragantársele la llegada de Cornelie, acostumbrado como estaba a la falta de competencia en el puesto, con Randolph y Trey siempre lesionados. Además, dado que el Madrid ha ganado potencial ofensivo con los fichajes del verano, a Yabusele le corresponde un rol menos protagonista en ataque este año, que también le ha costado digerir. Le ha llevado un tiempo pero parece haberse subido finalmente al barco, porque desde hace 2-3 semanas su rendimiento ha mejorado sensiblemente, aportando esa energía e intensidad suyas al juego colectivo. No deja de ser un activo notable del roster.

> Hanga y Causeur, en barbecho. Fueron el backcourt fetiche de Chus en junio pero por X o por Y este curso están lejos de aquel pico de forma. El húngaro ha encadenado problemas físicos y no ha cogido ritmo aún. Y el francés lleva una temporada flojísima, si sumamos todas las competiciones está en 35% en tiros de campo para valoración 3.3 en 15.3 minutos. Queremos pensar que no le han caído los años encima (35) sino que simplemente está en su tradicional hibernación hasta primavera. En todo caso, Chus ha moderado los minutos de ambos y asumido que, por muy fetiches que sean, su rol debe ser secundario hasta que recuperen pico de forma.

> Rotación de bases. Dado que la plantilla carece de un base puro dominante, Chus ha optado una estrategia de Fuenteovejuna, haciéndoles jugar a todos sin una jerarquía clara, repartiendo de forma casi alícuota los 40 minutos entre Goss, Chacho y Llull. una estrategia que limita el protagonismo de Llull y revierte en minutos de Chacho, incomprensiblemente inédito durante tramos del curso. Cada base te aporta una cosa. A grandes rasgos, Goss destaca por su defensa, Llull por su anotación y Chacho por repartir juego en estático, por cierto, su alianza con Poirier es un filón de la segunda unidad que Chus ha sabido reconocer.

> Crecimiento de Hezonja. Le dediqué la última entrada del blog al tema, así que no me detendré tanto. Hay una parte de coyuntura (ausencias de Deck por problemas físicos) que se une a un giro táctico consciente de Chus, el de concebir al argentino como 3.5 y ya no solo como alero puro, el rol que tanto exprimió en junio. La suma de ambos factores ha dado espacio al crecimiento de Hezonja tanto en tiros como en minutos, y el croata, que esperó pacientemente su oportunidad, ha dado el paso adelante que cabía esperar. Las variantes tácticas que se abren en ambos lados de la pista si coinciden Musa, Mario y Tortuga son descomunales, a los últimos cuartos contra Mónaco y Barca me remito.

Hezonja en modo videojuego

Le estábamos esperando. Hezonja venía dejando destellos aislados, algún oohh en la tribuna con sus alleyoops y esas medias vueltas en suspensión que son purita ortodoxia old school. Batiéndose el cobre atrás y cumpliendo en rebote, muestras de compromiso y sacrificio que algún analista atrapado en el tiempo puso en duda en verano. Este no es el Mario de Barcelona, donde se le colgó el sambenito de presumido, chupón e inmaduro, incluso conflictivo. Si alguna vez lo fue desde luego ya no, han pasado ocho años y la gente madura, evoluciona. No, a este Mario no se le caen los anillos por currarse cada minuto en pista, es lo que ha hecho desde que llegó a Madrid, bajar el culo en defensa, el camino por el que le ha acabado entrando a Chus Mateo por los ojos.

Pero no ha venido solo para eso, para cumplir atrás, aplaudir a su brat Musa o dar minutillos de resuello a Deck. Un talento así al final se termina abriendo camino y rompiendo el corsé. Y eso es precisamente lo que está haciendo, con trabajo y paciencia… Ya había dado señales de mejora en los últimos encuentros, 14 puntos el miércoles a PAO, y en Mónaco ha terminado de explotar: un Mario desatado, catedralicio. 30 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias para 34 de valoración. Por números y entidad de la plaza quizá la mejor actuación de un jugador blanco en lo que va de curso (con permiso de la Supercopa de Edy). Por cierto, una victoria de quilates la de Mónaco, que pone distancia respecto al quinto clasificado (dos triunfos + average), lo que acerca un poquito el objetivo de la fase regular, la ventaja campo en playoffs.

Volviendo a Mario, lógicamente no le van a entrar tantas todos los días, pero lo que tampoco tenía sentido era reducirle a 14 minutos y 2-3 tiros de campo, como le hemos visto muchos partidos, corriendo carretones o aparcado en la esquina para no estorbar, cual Jeffery Taylor. Porque para eso fichas otro perfil de jugador, seguramente más barato. Hezonja necesitaba cariño, confianza y balones. Si os fijáis, hasta su lenguaje no verbal está cambiando, atrás queda esa angustia por la sombra del banquillazo al menor error.

Y bien por Chus Mateo, por qué no decirlo, que rectificar / adaptarse es de sabios. Ha sabido ajustar su libreto para hacer hueco al talento y reconducir la dinámica. Y el principal ajuste ha sido concebir que Deck y Hezonja coincidan en pista, lo que abre un abanico de posibilidades tácticas. Por ejemplo, con el argentino de cuatro atacando el aro desde bote fuera-dentro, por velocidad, y el croata, con más espacio para minutos, y castigando al poste a aleros más pequeños, que son la mayoría. En Mónaco, al margen de la jartá de triplazos, se le buscó con relativa insistencia en situaciones al poste, con gran resultado. Fijáos en que Chus celebró de forma especialmente efusiva algunas de las canastas del Mario, porque eran importantes para el partido, claro, pero no solo. Convives con el jugador a diario, le ves entrenar y sabes lo que puede darte. Una actuación así es un chute de confianza para uno de los activos llamados a marcar el techo de esta plantilla. Y en Mónaco se ha pasado la primera pantalla del videojuego.

Arranque de orgullo: sí, el Madrid también gana a rivales directos

Al Madrid le estaba empezando a pesar como una losa este curso el balance contra rivales directos, y la paliza en Grecia de la semana pasada, por previsible que fuese dadas las bajas de última hora, no era sino gasolina para el pesimismo, para las viudas de Laso & Facu. Por eso hacía tanta falta una victoria de adrenalina como esta, contra el Barca y en Goya, de trascendencia relativa en la clasificación pero valiosa para la moral así del equipo como de la parroquia. Que algunos amenazaban con bajarse ya del barco, en enero y colíderes. Hubo un momento en la primera parte, tras el pésimo arranque (6-18), que Rudy se dirigió a la grada, la lógica diría que para arengar pero me pareció casi más una bronca. Un gesto de frustración acumulada y orgullo herido, que los jugadores tienen también Twitter y leen. Aunque Rodolfo a mí en concreto no, que me tiene bloqueado, ejem.

Se ganó El Clásico por los pelos, y falta que hacía, un triunfo para seguir construyendo y sacudirse complejos. Lo cual no quita para reconocer que se jugó objetivamente mal, por momentos muy mal, siempre por debajo en el marcador. Las estadísticas no engañan: se cedió la batalla del rebote (-3) y se perdieron más balones que asistencias se repartieron (20 a 12), que viene a ser la receta ya habitual de las derrotas esta temporada.

Mascar tornillos

Ver al Madrid atacar contra rivales de entidad es una cita en el dentista, sensación de escaso trabajo táctico, de recursos desaprovechados y dependencia absoluta de Tavares, alimentado a base de melones colgados, porque llamarlo pases se me hace generoso. Una estrategia de patio de colegio, de balones al Tkachenko de clase. Y así te vuelves previsible, porque el rival te está esperando: Saras ha logrado automatizar que una maraña de brazos se cierna sobre Edy cada vez que recibe. Valoración 7 ayer y 8 en la ida, lejos de sus números habituales. Así que hubo que buscar alternativas, y ahí fue donde se puso la cosa divertida, cuando el equipo se desmelenó, rompió la partitura de Chus y jugó con más corazón que cabeza. El calor de la grada jugó un papel importante, no tengo claro que el mismo partido se hubiese ganado a domicilio.

En esas apareció Llull, el tema de debate por excelencia, de tintes casi guerracivilistas. Quizá deberíamos dejar de enterrarle y resucitarle cada semana, más que nada por nuestra propia salud mental. Con Hanga fuera de ritmo, Goss inactivo desde hacía 10 días y Chacho más discreto que en veladas previas, el balear aprovechó la ocasión. Volvió a ser el que más lanzó, igual que en El Pireo la semana pasada, que a mí me parece un anacronismo, lo digo también hoy. Pero esta vez la moneda salió cara y fue clave con 15 puntos en el último cuarto, ahí es nada. Se aprovechó de la marca muchos minutos del peor defensor exterior rival, Lapro, estuvo hábil sacando faltas y no se obcecó tanto con el triple, que todo ayuda. «No me voy a esconder, soy así, va con mi carácter y a quien no le guste que apague la tele», dijo tras el partido. Me alegro de veras de su actuación, como de la de cualquier jugador del equipo, y puedo entender su frustración por algunas críticas exageradas, pero tampoco viene a cuento ajustar cuentas y perdonar vidas con un 29% en tiros de campo en Euroliga.

Duelo en los banquillos

Chus Mateo volvió a ir rebufo en el planteamiento y tampoco atinó en la gestión de partido, calamitoso su bagaje en situaciones ATO (tras tiempo muerto): pérdidas en el saque de fondo, ataques de comernos la posesión y la confusión en la última jugada del tiempo reglamentario, pintada para Deck y que acabó en pasos de Llull… Pero en algo sí acertó, resultó clave y es de ley reconocérselo: en dejar fuera de la convocatoria a Cornelie, una decisión a priori sorprendente, para apostar por Deck muchos minutos al cuatro. El argentino sufre emparejado con Kalinic, al que no supera a poste, pero se comió a Mirotic cuando coincidieron en pista, mucho más rápido y agresivo. Tortuga se convirtió en el sostén del equipo, 23 puntos y 33 de valoración, manteniendo la esperanza, es decir, la distancia en un solo dígito. Un animal competitivo aunque no se de golpes en el pecho.

La variante con Deck de cuatro, a la que Chus parecía negarse hasta ayer, aferrado al recuerdo de la última final ACB, abrió de paso la puerta a más minutos de Hezonja. Y el croata resultó importante, desde un rol discreto en ataque (y eso que mete una canasta clave al poste en el último minuto) pero muy valioso en defensa. Quién ha visto a Mario y quién le ve, aquel talento caprichoso y endiosado es un hoy un profesional maduro, resignado a un papel ofensivo gregario y ganándose los minutos por su entrega y compromiso atrás.

Bravo por él y por su brat, Musa, que reventó la prórroga con 9 puntos y una asistencia, disipando dudas sobre su nivel contra rivales de altura. Que en todo caso manda huevos con 23 años que tiene. Tomó el mandó, agarró el balón e improvisó, se lo creyó y como es tan bueno empezaron a pasar cosas. Acabó con 18 tantos y cuando hizo falta hasta defendió, su principal lunar, demostrando que es más una cuestión de concentración e intensidad que de aptitudes. Insisto en la defensa porque tendemos a hacerla un poco de menos al apenas constar en la estadística pero marca la diferencia entre competir o no.

¿Que el Madrid no disipa dudas, o no todas, por la escasa fluidez durante los tres primeros cuartos y lo apurado de la victoria? Tal vez, pero ¿y qué equipo no tiene dudas? Ni que enfrente estuviesen los Bulls del 72-10. Si se juega fluido y bonito mejor, aún no estamos ahí, pero el equipo tiene corazón y compite, lo demostró ayer, de nuevo, y con eso y el talento disponible alcanza para pelear todos los títulos, que es de lo que se trata.

Y a pesar de todo, líderes en solitario

Si a algo nos está obligando este curso es a aparcar prejuicios y relativizar la derrota, por mucho que cueste a una parroquia tan exigente como la blanca, acostumbrada a hacer un mundo y pedir cabezas con cualquier pinchazo. Asumamos que los tiempos de las fases regulares cortas y casi impolutas han quedado atrás. El calendario de un equipo Euroliga tiene ahora 80 encuentros y semanas de tres partidos, resulta imposible o inútil sacar conclusiones categóricas. Las lesiones son inevitables, la enfermería nunca se termina de vaciar, hay rotaciones, bajones físicos y picos de forma… Los equipos lo saben y dosifican esfuerzos, miren Efes, favorito al título y mariposeando desde hace tres meses. De turismo en Valencia el miércoles y como un apisonadora en el Palau el viernes, porque ese partido sí les ponía. Siendo realistas, y manque nos pese a los aficionados, que queremos mandanga semanal, la meta es cumplir en la fase regular sin quemar mucha gasolina y llegar con la mayor cantidad de jugadores sanos y en forma a los partidos por el título.

Partiendo de esa premisa, el Madrid está cumpliendo con nota, líder en solitario de la Euroliga tras 19 jornadas, sin sensación de pisar el acelerador o de alcanzar su mejor versión, es más, pese a bastantes bajas por lesión, el encaje de los nuevos, las dudas sobre Mateo y el puesto de base. No dan ningún título por el liderato en enero, pero te acerca al objetivo (factor pista en top8) y permite construir desde cierta tranquilidad institucional, así que bienvenido.

Sé que pesan en el ánimo del aficionado blanco las derrotas contra rivales directos en la primera fase, nuevo mantra del sector cenizo. Pero es un mantra matizable, veamos: hay cinco equipos además del Madrid que podríamos asumir que estarán en el top8. Contra ellos el balance es de tres derrotas por la mínima, FCB -2, Mónaco -1 y Olympiakos -2, y dos victorias sólidas: Efes +9 y Fenerbahce +14. ¿Que la gestión de partido de Mateo en esas derrotas fue mejorable? Sí. Pero tampoco son resultados como para trazar un patrón, más allá de la igualdad entre la aristocracia de la competición, de la que seguramente tengamos nueva entrega las dos próximas semanas, que el Madrid visita El Pireo y recibe al Barca.

La rotación variable

Otro ejercicio al que nos está obligando la temporada es a entender que la rotación no está grabada en piedra, salvo en el puesto de pívot, Tavares titular y Poirier reserva. El resto puede cambiar, adaptarse en función de las lesiones, las características del rival y el estado de forma de los jugadores. La plantilla blanca es larguísima, quizá la que más de la competición, si tomamos como referencia la calidad y precio del fondo de armario, es decir, los puestos del 10 al 15. Una plantel con una sola estrella (Edy) pero mucha burguesía. Objetivamente es una fortaleza en una temporada tan larga, pero una que suele descolocar al aficionado, que prefiere la hoja de ruta por adelantado y publicada en el BOE.

A ver, ¿pero entonces quién es el titular? Pues NINGUNO, el que mejor esté.

Un ejemplo han sido los tres últimos partidos de Euroliga, sólidas victorias, con un balance de +60 puntos. Han coincidido con menor minutaje de Llull, sobre todo en la dirección, con Goss y principalmente Chacho como beneficiados. Si el rival carece de un base diferencial y/o muy físico entonces se notan menos las carencias defensivas del canario, puede jugar más minutos y en ataque es claramente el que mejor mueve al equipo. Su perfil es muy complementario al de Goss que, por cierto, está alcanzando un nivel interesante tras la lesión: es el base más capaz atrás y, ahora que está sano, tiene piernas para atacar el aro y procurarse tiros de alto porcentaje. 56% de campo en Euroliga, ni tan mal.

No será la solución más ortodoxa, ni la preferida por muchos, pero si Chacho puede dar 15 minutos de calidad y con Goss a este nivel físico, el tan comentado agujero en el puesto de base parece menos. Sobre todo a medida que coja forma Hanga, que seguramente juegue también minutos de uno. ¿Se atreverá Chus a mover entonces a Llull al puesto de escolta a tiempo completo, o segundo base (como prefiráis llamarlo), pero en un rol con menos bote?

El otro ejemplo de que nada está grabado en piedra en la rotación blanca es el aumento de los minutos de Cornelie, en paralelo a su evolución en facetas de juego distintas al catch&shoot desde la esquina. En verdad, resulta que lleva más canastas anotadas de 2 que de 3 en la Euroliga… Quiero dedicarle un artículo específico en las próximas semanas, pero desde ya os digo que me han hablado bien de su ética de trabajo y que su evolución me gusta mucho. Llegó al Madrid con caché bajito, fama de blando y sin experiencia Euroliga, jugador de rol, pero está creciendo rápido en rebote, defensa, definición cerca del aro, juego sin balón, etc. El contraste es importante con Yabusele, renovado de larga duración con rango de titular pero estancado en su evolución. Sigue siendo un activo de la plantilla, claro está, pero su IQ en pista es mejorable, juega este curso más acelerado y raro es el partido que no deja algún gesto macarra. Bien, pues la distribución de minutos entre ambos está ahora en torno al 50%, incluso en partidos exigentes, nada que ver con las minutadas de Yabusele al comienzo de curso.