Por Dick RM (Turpin)
Sí, amigos, la Caja Trágica (Paja Mágica a partir de los calores) ha muerto para nosotros. Atrás queda un año de vendernos la motocicleta, quejas, protestas y engaños. No hay que ser muy avispado para saber que el contrato con el Ayuntamiento gallardoniano para que estuviéramos 5 años en el ojete de Madrid, era un pago de favor por favor. Para Flóper, como buen constructor, eso es innegociable. Las relaciones con las instituciones públicas son intocables, y si a Gallardón le hubiera sobrado un pabellón en Siberia, allí que nos hubiéramos ido. Y lo peor de todo es el millón largo de euros anuales de coste directo más los ingresos perdidos por taquillaje de costes indirectos que innecesariamente hemos soportado por quedar bien y hacer el pagafantas… ¡abrazad el punisherismo!
«Métete la Caja Mágica por el hojaldre»
Extrañamente le tenemos que dar las gracias al amic Bertomeu por no sé qué normativa de colgar un chirimbolo del techo y que por justicia poética, la Caja Trágica no puede tener. Seguramente JCS saldrá después de sus vacaciones mesoneras cacareando en sus emisoras amigas que la decisión es fruto “de la sensibilidad del club para con el aficionado”. Mentira y él lo sabe. Pero bien está lo que bien acaba.
Si bien la situación ideal es tener un pabellón propio en Valdebebas, el Palacio de Los Deportes de la Comunidad es la mejor opción posible ahora mismo. Recordemos que fue nuestra casa durante años (maravillosos), y que sólo el buen rollito que se formó en Vistalegre, impidió que regresáramos después de la reconstrucción. No hay que olvidar que La Plaza de Toros tampoco está en un barrio especialmente madridista y se encuentra algo lejos (General Ricardos un jueves era infumable) pero la atmósfera lo compensaba. Fueron buenos años pero creo que tampoco es nuestro sitio natural.
Ahora estaremos en una cancha con más experiencia en albergar partidos de baloncesto, localizada en un lugar inmejorable de la capital del Imperio y con una capacidad de equipo TOP de la Euroliga (15.000 espectadores) y lo mejor, a coste 0. Gratis. Otro ahorro más a la sección en época de recortes. Todos estos aspectos hacen del cambio una situación win-win para el Real Madrid. Tendremos que esperar a ver los datos de abonados y más tarde de la asistencia a los partidos, pero me huele que volveremos a los 10.000 de media por partido, que es la cifra aceptable para un club de nuestra dimensión. La zona, sus accesos, sus cervecerías donde tomarse un algo (o unos algos) y sus instalaciones, invitan a ir a cada partido sea sábado, domingo o jueves y pasar una tarde-noche en el baloncesto como es debido: con un warm-up sin tener que escaparse de la oficina por la ventana, un partido con un ambiente participativo y una vuelta a casa antes de la madrugada. Así que ya sabéis, amics: ¡a abonarse y a comprar entradas! ¡Hagamos del Palacio nuestro Pionir castizo!