Balance 2023/24: las notas jugador a jugador

Me debatía entre poner notable alto o sobresaliente a la temporada del Madrid, y finalmente me animo con el sobresaliente. La cosecha es generosa, ese triplete nacional, pero además valoro mucho el camino andado. Ese primer puesto holgado de la fase regular Euroliga, no haber perdido ni un partido en playoffs ACB y el magnífico juego desplegado en amplios tramos de la temporada. El balance final ha sido de 72 victorias por 14 derrotas, el mejor de la historia de la sección si no me fallan las cuentas.

El apagón en la segunda parte de la final Euroliga hurtó el título continental, que hubiese significado la matrícula de honor, pero me niego a que 20 minutos (aunque los más importantes del curso) condicionen tanto el balance global como para bajar la calificación a notable. Así que, lo dicho, sobresaliente.

La temporada significa la consolidación del proyecto Chus Mateo, al que me parece increíble que no se haya renovado aún. Supongo que la ampliación se cerrará y anunciará en los próximos días, pero el mero hecho de que se haya pospuesto hasta última hora ya habla de cierta desconfianza que me parece injusta con lo demostrado por el técnico. Cuestiones tácticas al margen, hacen falta nervios de acero para llevar un vestuario así y mantenerlo bajo control: el equilibrio de minutos Poirier-Tavares, la gestión de vacas sagradas con nivel menguante o el numerito de prima dona ofendida de Mario tras la final de Copa.

El final de temporada deja cierto aroma a Último Baile, por los veteranos que se despiden y por la salida de Poirier tras su mejor campaña de blanco. La gerencia parece estarse moviendo con sensatez en mercado para suplirlos, pero replicar un plantel tan redondo va a ser difícil a corto plazo, porque hay jugadores irrepetibles y un cierto grado de azar que está fuera del control directivo.

Aquí van mis notas de la temporada.

Campazzo 9. Ha sido el mejor, Quinteto ideal de la Euroliga, MVP de Copa, Supercopa y fase regular ACB, la pared maestra de la evolución del equipo respecto a la temporada pasada. Al final, el de base es el puesto clave del basket FIBA y resulta diferencial contar con uno de los mejores sino el mejor de Europa, sobrado de talento, experiencia y carácter. El año pasado, Goss te aseguraba la defensa y Chacho movía al equipo en ataque, pero estabas obligado a elegir. Con Facu no tienes que elegir, es un notable alto en ambos aros. Atravesó un valle de forma a mitad de temporada, normal con su despliegue físico, las minutadas y la carga de partidos, pero luego rayó a gran nivel en los playoffs de Euroliga y la semifinal ACB contra el Barca. Con él y Edy atados a largo plazo el futuro se contempla con optimismo.

Chacho 6,5. Fue importante en el pico de juego del equipo en el primer tercio de curso, pero después se fue diluyendo, excepción del fogonazo en F4, porque a sus 38 años sencillamente no dan las piernas para mantener el ritmo nueve meses. Sus promedios acumulados entre las dos competiciones son de 4 puntos, 4 asistencias y 36% en tiros de campo, con 15 partidos en valoración negativa, de largo el que más del equipo. A falta todavía de confirmación, parece que ha sido su última temporada en el Madrid, sino también en el baloncesto profesional. Desde aquí darle las gracias por todo lo que nos ha hecho disfrutar estos años, uno de los grandes talentos de la historia del baloncesto español.

Alocén 5. Este curso volvió a jugar al baloncesto, que no es poco, después de casi dos años de baja por una rotura de ligamento y variopintas complicaciones. Solo por eso podría considerarse un buen año. Pero el Madrid no para por nadie, es mal lugar donde recuperar confianza y reencontrarse con el baloncesto, siempre con urgencias competitivas y la máxima exigencia. Gozó de pocos minutos desde su regreso y tampoco es que se reivindicase cuando los tuvo. Llegados a este punto lo mejor era separar caminos y así ha sucedido, pese a que le restaba otro año de contrato garantizado. Se ha desvinculado y ayer mismo fue anunciado por el Gran Canaria. Suerte y salud para él, en Madrid no pudo ser.


Musa 8,5. Roma no se construyó en un día. Algunos dudaron de él por su apagón de la recta final del curso pasado pero, señores, es que solo tenía 24 años. La novatada. Esta temporada se ha movido en sus números en fase regular, y su producción no ha decaído cuando la carretera se ha empinado, casi al contrario. MVP de la final ACB y el mejor del equipo en la Final Four: 35 puntos y 42 de valoración entre ambos partidos. Además, le endosó 24 puntos al Barca en la Supercopa y ha promediado 16 en los playoffs ACB, sin bajar del doble dígito en ningún encuentro. Un reloj. No es tan académico como Mario y le ayudaría abstraerse un poco del arbitraje, pero un caníbal de este calibre es un recurso valiosísimo, capaz de anotar por generación espontánea cuando al equipo se le apagan las luces. Debe ser uno de los pilares para los próximos años y como tal el club haría bien en trabajar desde ya en su ampliación de contrato, para evitar culebrones tipo Tavares y Hezonja.

Causeur 6,5. Termina contrato, tiene 37 años y bien puede (y seguramente debe) haber sido su última temporada de blanco. Y ha sido una digna, habiendo tenido que fajarse con Llull por minutos como reserva de Musa. Su rendimiento ofensivo es menguante, ya no le dan las piernas para atacar el aro en estático, pero ha tenido un papel defensivo interesante en algunos partidos, en función del rival, asumiendo el rol de especialista exterior vacante a la marcha de Hanga. Despedida con honores, uno de esos extranjeros secundarios, como Thompkins o Taylor, que han sido pegamento de vestuario y han ayudado a construir lo que hoy es la sección. Merci.

Llull 7,5. Ha disfrutado en la pista este curso como seguramente no lo hacía desde La Lesión. Se le ve cómodo en su rol de combo, de escolta anotador revulsivo, liberado de obligaciones de dirección. Le ha respetado el físico y, pese a la edad, conserva cierta chispa física y mental. Por su tipo de juego, tiene días que no entran y casi resta, y otros que parece Stephen Curry, pero en general la ecuación ha resultado positiva para el equipo esta temporada. Sus rachas han servido para cambiar tendencias o romper partidos, algunos importantes. Salvo sorpresa, será el único veterano que continúe, así que asumirá la capitanía y se esperarán de él pinceladas en pista y, sobre todo, liderazgo fuera de ella. Vamos, que le enseñe Rudy a encender la barbacoa…

Abalde 6,5. Ha aumentado prestaciones respecto al curso pasado, que no era difícil, convirtiéndose en un activo útil de rotación en ACB. Una mejora bastante ligada a la confianza en el tiro: su porcentaje de tres ha subido hasta un aseado 42% (58 de 140), cuando el año pasado se quedó en el 26%, un hándicap pues lanza a menudo liberado. No me hubiese sobrado algún minuto más suyo, pero no era fácil teniendo por delante a las viejas glorias. ¿Esperábamos más del gallego cuando se le fichó? Ciertamente, también creo que su cláusula influye en la percepción. Pero después del curso pasado yo ya compro casi cualquier cosa que pueda aportar, y este año lo ha hecho. Le queda otro de contrato garantizado y seguirá, no sobra como cupo nacional para la segunda unidad.

Deck 6,5. Temporada un poco discreta mientras estuvo, condicionado por el overbooking en el puesto de alero. Y después, las lesiones. Se ha perdido más de 30 partidos, incluyendo playoffs Euroliga y ACB por segundo año consecutivo. Se le echó particularmente de menos en la F4, su dureza, defensa e inteligencia en pista. Dedos cruzados para que se recupere bien y poder contar con él desde otoño. No es la estrella del equipo pero sí un jugador fundamental.

Hezonja 8. Me cuesta ponerle nota, porque ha tenido picos de sierra muy pronunciados. Por un lado estuvo brillantísimo en tramos de fase regular, líder del equipo durante el bajón de forma de Tavares y Campazzo. Pero también se borró mentalmente durante varias semanas después de la Copa, mohíno por su minutaje. Por último, ha sabido aportar defensa y rebote en la recta final de curso cuando el aro se le hizo un poco más pequeño. Su versatilidad, su rendimiento en ambos aros y su condición de cupo le convierten en un activo muy valiosos de la rotación. Todo lo relacionado con su renovación ha sido un descalzaperros, pero ya está, se queda y es objetivamente una gran noticia en términos deportivos.

Rudy 6. Tenemos el corazón blandito por su retirada, pero esto son las notas y, siendo honestos, su nivel esta última temporada ha sido discreto en términos generales, muy dosificado por Chus Mateo. Son 39 años y, aunque la cabeza le va como un avión, las piernas apenas le respondían ya para el mínimo que requiere la élite. Se ha perdido 32 partidos por descanso o lesión. Para el recuerdo queda el momento mágico de su partidazo en el 2º de la final ACB y esa ovación interminable que le brindó el Wizink, merecido agradecimiento por su aportación decisiva para cambiar el rumbo y la historia de la sección. Gracias eternas.

Ndiaye 6,5. Esperaba algo más de minutaje de Eli tras su irrupción al final del curso pasado, pero prácticamente desapareció de la rotación una vez Yabusele volvió en enero. Atrás cumple casi siempre, y con nota, y parece ir mejorando el tiro exterior, clave para su usabilidad como ala-pívot en la élite. No es un talento natural para el lanzamiento de tres, pero también es una suerte del juego que se mejora con tiempo y entrenamiento. Debe ir a más y asentarse como actor secundario.

Yabusele 7,5. Sensación de que vio las orejas al lobo con el incidente contra Partizán, hizo propósito de enmienda y lo ha cumplido. Este año ha bajado revoluciones en pista, menos trifulquero. Se ha concentrado en basket y eso ha repercutido directamente en su rendimiento, firmando una campaña sólida. Con las conocidas carencias atrás, pero con una notable aportación ofensiva desde su regreso en enero. Poca broma sus promedios Euroliga: 10.5 puntos, 46% en triples y 14.5 de valoración. Tiene otro año de contrato garantizado y está llamado ser una de las piezas importantes de la segunda unidad.


Tavares 7. No ha sido su mejor temporada de blanco: le llevó meses recuperar el ritmo tras aquella lesión de tobillo, y tampoco creo ayudase la incertidumbre por su renovación. Ahora bien, en mayo recuperó el tono y destrozó al Baskonia en playoffs de Euroliga y al Barca en semis ACB, pena de esos problemas de faltas en la final de Berlín. Ha acabado renovando por mucho dinero (lógico) y muchos años (riesgo), una apuesta importante del club a medio-largo plazo. Sobrevuela el miedo por la tendencia a lesiones y carreras cortas de los jugadores tan altos, pero también es cierto que nunca habíamos visto a un 2.20cms tan proporcionado y cachas. En todo caso, especificaciones al margen, es una renovación troncal que mantiene al Madrid como candidato a todo los próximos años.

Poirier 8,5. Con diferencia su mejor campaña en el club, una vez le han respetado las lesiones y ha encontrado un socio para maximizar sus virtudes. Esa sociedad con Chacho marcó la primera mitad de la temporada en la Euroliga, reventó partidos y nos dejó momentos de excelencia. El circo. La producción por minuto de Vincent este curso ha sido un disparate, y lo ha sido en ambos aros, que en defensa dio un enorme paso al frente, líder de la Euroliga en tapones jugando solo 18 minutos (¡!). Termina contrato y se marcha a Turquía, a cobrar lo que vale y ser titular. Ley de vida.

De Yabusele y los prejuicios

Hace algunos años mi amigo Domingo, al que mando un saludo, me recomendó el libro ‘Deshaciendo Errores’, de Michael Lewis, el mismo autor de Moneyball. Entre otros temas aborda los sesgos cognitivos, es decir, cómo los prejuicios condicionan nuestra percepción y en última instancia nuestra toma de decisiones. El primer capítulo se llama ‘Las tetas de Marc Gasol’ y explica cómo los general managers de la NBA dejaron caer al pívot español hasta el puesto 48 del draft por puro prejuicio: “es que tiene tetas”, se decía con sorna en los corrillos… Fue tres veces allstar.

Esto viene a colación de una idea que me ronda desde hace un par de semanas. ¿Puede que la fascinación estética por Hezonja esté distorsionando nuestra percepción sobre Yabusele, con quien comparte en buena medida puesto? ¿Puede que los árboles no nos estén dejando ver el bosque? En este caso, los árboles serían las medias vueltas en suspensión de Mario y su papel en la pasada Final Four, como ala pívot titular. Me consta que parte de la parroquia ha encontrado en el croata el sustituto emocional de Carroll como favorito de la plantilla. No es un calco táctico pero sí un anotador exterior ortodoxo, un perfil muy vistoso para el espectador medio.

Cada cual tiene sus fetiches, perfectamente respetables y que no atienden a razones lógicas. Yo soy el primero cuyo jugador favorito de la plantilla es Hezonja, aquel del que me compraría la camiseta. Pero si debatimos sobre el bosque, las renovaciones y la gestión de la masa salarial, es decir, sobre las decisiones directivas estratégicas que afronta la sección en los próximos meses, debería primar la lógica y no la predilección estética.

Y la lógica fría nos dice que la eventual pérdida de Mario en verano sería un golpe, no lo vamos a negar, un jugador top europeo y encima cupo nacional. Pero un golpe asumible dados los recursos de la plantilla. Deck habita los mismos puestos y tiene contrato hasta 2028. Y Musa, con un perfil diferente, ha jugado casi toda su carrera como alero.

Pico de forma

Aunque el puesto en el que Hezonja ha brillado particularmente en el último año es el de alapívot, y en ese Yabusele le está pasando por la derecha en las últimas semanas, tanto en minutos como en rendimiento. Por eso me detengo hoy en el galo, el jugador más en forma del roster, y cuyo pico de rendimiento creo que estamos pasando un poco por alto, y de paso el mensaje que envía de cara a la gestión de renovaciones. En los últimos cuatro partidos, incluidos semifinal y final de Copa más Panathinaikos, promedia 16.2 puntos, 71% en tiros de campo y 22 de valoración.

Lo de subestimar o minimizar la aportación de Yabusele tampoco es que sea nuevo. En los últimos diez meses se han escuchado críticas un poco injustas, algunas desde esta tribuna, lo reconozco. Críticas, por ejemplo, mezclando casualidad y causalidad, como que el equipo es mejor sin él, por aquello de que no participó del pico de forma colectivo de noviembre-diciembre (rotura parcial de ligamento). ¿Y qué? Poirier y Deck tampoco participaron del ‘mayo mágico’ de la Undécima y nadie pone en duda su valía.

¿Y por qué se le tiende a hacer de menos? Las tetas de Marc Gasol son la llave de judo a Exum en el caso de Yabusele. Quién quiere elogiar a un ‘exconvicto’, ¿verdad? Pero, oiga, es que aquello es pasado, manque pese a los anti. Ya se disculpó por esa acción y cumplió sanción, teniendo que ver de chándal a su equipo levantar la Undécima. Por cierto, tengo la impresión de que aquel episodio le hizo ver las orejas al lobo y crecer emocionalmente como jugador. La importancia de controlar impulsos y bajar pulsaciones, de centrarse en el juego y eludir batallas paralelas. En lo que va de temporada no le recuerdo el más mínimo gesto o acción fea, que alguna dejó en sus años previos

Lagunas atrás

Incidente Exum al margen, a los más cafeteros Yabusele ponía nervioso por sus lagunas atrás, por su escasa solidaridad en ayudas o su dejadez en el rebote defensivo. Un grupo en el que, de nuevo, me incluyo. O incluía, porque desde su regreso en enero, muy mejorado físicamente, todo sea dicho, ha pulido sensiblemente su desempeño en este segmento, hasta unos niveles perfectamente homologables. A los parciales del equipo en sus minutos en pista me remito: +16 de media en los últimos cuatro partidos.

Por último está el puro prejuicio estético, el más irracional. Esa relación inconsciente por la que tendemos a vincular el jugar bonito con jugar mejor. Yabusele, comparado con Hezonja, tiene un estilo aparentemente más tosco y una mecánica de tiro menos académica. Ahora bien, si volvemos a Moneyball y miramos los números en frío, resulta que acredita un 48.3% en triples este curso entre todas las competiciones (44/91) y promedia más valoración que Mario en Euroliga (13.6 a 12.7).

Este pico de forma debería abrirnos un poco los ojos para rebajar el nivel de drama y dejar de plantear la ecuación de Hezonja en términos de renovación o barbarie. No hay cinco alapívots en Europa mejores que un Yabusele medio en forma. Aparquemos prejuicios y valoremos un poco más lo que ya tenemos en casa.