Llegados a este punto de la temporada quizá estéis conmigo en que el Madrid es un equipo que defiende mejor que ataca. Es la 5ª mejor defensa de la Euroliga y la mejor de la ACB con gran diferencia. Pero ataca bastante mal, resultado entre otros factores de unos sistemas previsibles (Chus) y cierto déficit de talento respecto a campañas previas. El verano pasado la dirección deportiva apostó por el físico y la defensa: se perdieron muchos puntos con la marcha de jugadores de vocación ofensiva como Yabusele, Chacho y Poirier, que en general se reemplazaron por músculo.
También influye por ejemplo el bajo rendimiento y fiabilidad del puesto de escolta. Rathan Mayes y Smith jr como fichajes fallidos, Musa involucionado este curso y volvemos a agarrarnos a minutadas de Llull a sus 37 años, dudoso negocio. Se habla también mucho del porcentaje de triple, que yo veo más como un síntoma del problema que como el problema en sí mismo.
Hay un factor que está pasando por debajo de radar en la conversación pública y que para mí influye aún más en el atasco, que es el valle de rendimiento de Campazzo de dos meses a esta parte. Al final es el único generador desde bote fiable del roster, así que cuando él estornuda el ataque del Madrid se resfría. Su talento e iniciativa han tapado muchas carencias colectivas a lo largo del curso, pero su rendimiento ha bajado. Un somero repaso estadístico lo expone a las claras, básicamente ha pasado de promedios de MVP a números de base titular correcto sin más.
🇪🇺 En Euroliga Primeras 23 jornadas: 21 de valoración, 14pts Últimas 6 jornadas: 11 de valoración, 9pts
🇪🇸 En ACB Primeras 15 jornadas: 19 de valoración, 13pts Últimas 7 jornadas: 10 de valoración, 9pts
Varias posibles causas en la ecuación, como un burnout por el minutaje en el primer tercio de curso (gestión de picos de forma) o la baja de su mejor socio en pista, Deck. Por otro lado, el timing de su valle de juego coincide casi exactamente con su segunda paternidad (2 de febrero). Cada caso es distinto, como lo es cada bebé, os lo dice uno que tiene dos.
Hezonja, por ejemplo, fue padre a comienzo de curso y parece haberle sentado estupendamente. Pero Campazzo es un profesional particularmente metódico, casi maniático (en el buen sentido), y pequeños cambios en la rutina pueden alterar al rendimiento a corto plazo. Qué sé yo, o quizá no tenga nada que ver y sea una mera coincidencia temporal. En todo caso, mis respetos y compresión para cualquier profesional que regresa al trabajo solo días o hasta horas después de ser padre. Lo sé, cobran bastante bien por ello, pero si no nos ponemos en la cabeza de la persona no entenderemos al jugador.
En este caso, veo el vaso medio lleno porque le tengo mucha fe a Facu, confío en que habrá dejado atrás este bache de juego para cuando el Madrid se juegue verdaderamente las castañas de la temporada y eso da al equipo un margen de mejora en las próximas semanas.
Viendo los últimos partidos, da un poco la sensación de que el Madrid ha perdido el momentum, aquel pico de forma embriagador de los 2-3 primeros meses de temporada. No lo llamaría crisis, porque no lo es, más bien un ajuste de la velocidad crucero a parámetros terrenales. Es decir, dosificar esfuerzos, que esto es muy largo, y pinchar en salidas contra equipos de puestos playoffs, pero igualmente ganar alrededor del 70% de los partidos. Vamos, lo de otros años solo que con un cómodo colchón previo.
¿Causas de esta desaceleración? Variadas, entre las que destacaría las bajas y el cansancio. No estoy descubriendo la pólvora, pero es que esas dos dobles jornadas Euroliga consecutivas en plena navidad deberían estar tipificadas como terrorismo en el código penal.
Deck regresó de la lesión pero anda todavía lejos de su mejor forma, además Chus tiene pendiente definir su rol tras el paso adelante de Hezonja durante su ausencia. Cuestiones como quién juega de 3 y quién de 4 cuando coinciden en pista. La lógica nos diría que el argentino al cuatro, pero en realidad el sistema del Madrid exige más tiro exterior al alapívot que al alero, y Mario lanza mejor…
Pica también y no poco la baja de Tavares, por muy buena temporada que esté firmando Poirier, que además acaba de pasar 10 días fuera por un esguince. Encima falta Llull, habitual chivo expiatorio en las derrotas, ¿a quién se señala ahora si palmamos, a Abalde? xD
Una suma de pequeños contratiempos, ninguno grave por sí solo pero que dificulta la continuidad que requería la excelencia del primer trimestre.
Campazzo, por ejemplo, atraviesa un valle de forma, ni se parece al nivel MVP de inicio de curso. Da muestras de cansancio, más mental que físico. Irregular en el rendimiento, espeso en la toma de decisiones y acumulando más pérdidas de balón de las que nos tiene acostumbrados. Y es la clave de bóveda. Quizá no sea tan clarividente como Chacho habilitando a los pívots, pero a cambio es un primor pasando bloqueos por en medio, dividiendo la defensa y encontrando al compañero abierto. Si él no carbura el ataque se espesa, se recurre más a soluciones individuales y bajan los porcentajes de tiro. Así que hagamos una colecta para pillarle una Smartbox de casa rural con jacuzzi para antes de la Copa y que se despeje.
Coñas al margen: que no cunda el pánico. Los récords en fase regular son de losers y, si había que tener un valle de forma, no se me ocurre mejor momento que el presente, con un enorme margen clasificatorio y a un mes todavía de la Copa del Rey, primera meta volante del curso. Con una temporada a casi 90 partidos y una plantilla de tanto treintañero, era de esperar que se bajase de marcha en algún momento, no solo previsible sino diría que casi hasta necesario.
Campazzo lo retoma exactamente donde lo dejó cuando se fue a hacer las Américas, levantando títulos colectivos y trofeos individuales: campeón de Supercopa y MVP del torneo. Y es que, cuando uno está donde de verdad encaja, el talento fluye y los resultados llegan por decantación. Su regreso pasó relativamente desapercibido este verano, quizá por esperado, porque los aficionados somos unos yonkis de la novedad y Facu parecía ‘sopita recalentá’. Preguntado en una entrevista esta semana, antes de la Supercopa, Hezonja en cambio lo tenía clarinete: «Hemos fichado al mejor jugador que había en mercado». Con Micic allende el mar resulta difícil negarle a Campazzo el status de mejor base del continente, para muestra un botón. 36 puntos, 10 asistencias y 44 de valoración el fin de semana en Murcia.
Durante sus casi tres años de ausencia y sin invertir el Madrid en un verdadero recambio de élite, se encontraron vías para competir, mucho mérito, hasta se ganó la Euroliga este mayo. Pero con Facu todo es más sencillo, no hay que parchear. El quinteto es equilibrado, la rotación más lógica, con un base que no cojea en ninguno de los dos aros y que libera a Musa de responsabilidad en la generación desde bote. Sus soluciones a sistema roto tapan parte de las carencias de la pizarra de Chus en ataque estático, uno de los grandes déficits del equipo el curso pasado. Lo único, eso sí, que nadie olvide poner una vela por su salud, porque se vienen minutadas semanales en Euroliga y hay muchos huevos puestos en esa cesta.
Balón de oxígeno para Chus
Del título de Supercopa digo lo de todos los septiembres (y van seis seguidos!), que será el menos relevante de los cuatro torneos de la temporada pero que a nadie amarga un dulce. Sobre todo a Chus Mateo, al que le compra unos meses de confianza de la directiva tras el desenlace tan feo del curso pasado, con ese baño del Barca en la final ACB. Aunque también os digo que mientras Scariolo siga en mercado, sin equipo (España al margen), escucharemos el murmullo sobre el banquillo a poco que se pierdan dos partidos seguidos.
Volviendo a la Supercopa, los marcadores no fueron abultados pero el equipo blanco transmitió en los dos partidos cierta sensación de superioridad, de disponer de una marcha más que los rivales cuando hizo falta, sobre todo atrás. Estamos empezando y tienen más caras nuevas que el Madrid, pero el Barca (rival directo en todas las competiciones) encara una montaña de trabajo por delante. A botepronto diría que la marcha de Jasikevicius es un alivio para el RM, como lo fue en su día la de Xavi Pascual. Con sus defectos, que también los tienen, es gente que ponía bastante alto el listón competitivo y te obligaba siempre a dar una buena versión para ganar. Grimau es un novato absoluto en la élite y algunos fichajes son de más ruido que de nueces.
Willy Hernagómez ha firmado 2.4M netos anuales (casi cinco brutos), el salario más alto de la ACB y top-5 Euroliga, un sobreprecio enorme por el factor morbo, puro laportismo. WHG es un pichichi de la zona, un jugador de nivel, faltaría más, pero ni era la posición donde el FCB necesitaba romper el cerdito ni con esas carencias puede ser referente a tiempo completo de un contender a la Eurolga, lo que pide ese salario. Porque esto se sigue jugando a dos aros y el basket FIBA exige un mundo en defensa de los pívots, no solo contener a su par, sino por ejemplo emparejarse con un pequeño a siete metros si hay cambio y hacer ayudas / intimidar cuando un rival desborda a un compañero. Willy no tiene nada de eso, nunca lo ha tenido y canta por soleares contra rivales top. Facu olió esa debilidad y la martilleó en semis, entrando por la zona como Pedro por su casa, que por allí se decidió el partido. 56 puntos recibidos en la pintura el Barça.
Poirier y Musa, reforzados
La final contra Unicaja dejó una estadística curiosa, ese -11 del Madrid con Tavares en pista. No que Edy jugase mal, que lo hizo a su nivel, pero acabó exhausto tras una minutada del tirón en la segunda parte, emparejado con Osetkowski que le sacaba de la zona. Pasa que Chus es más bien amarrategui, ya lo sabemos, y siendo una final le costaba sentarle y meter a Poirier, como pedía el partido a gritos. Bien, fue salir el francés fresco en el último cuarto y romperse la final, a medida que empezó a combinar con los bases. +12 en sus minutos, esperemos que CM tome nota. No dispone este curso de tantos recursos desde el banquillo (ahí se nota la mordida de la desinversión) como para desaprovechar el más valioso, los minutos de Vincent a poco que le respete la salud más que el año pasado.
Y otro que arranca con buen pie el curso es Musa, despejando de un plumazo casi cualquier duda por su nivel en primavera, a la que llegó exhausto física y mentalmente. Abrió al Barca en canal el sábado con 22 puntacos en la segunda parte, lanzando de tres según recibía y entrando como cuchillo. Desde un rol más de ejecutor y con menos bote, el que permite Campazzo, y cumpliendo mejor atrás. Ese trabajo físico en verano que se note. Hay escolta titular para años… si conseguimos renovarle, que acaba contrato en junio, como Edy y Mario. Sinceramente, no veo mayor prioridad en la sección que amarrar la continuidad de los tres. Con ellos más el dúo argentino los títulos pueden ir cayendo como fruta madura los próximos años, sirva de aperitivo esta Supercopa.
Que nos quiten lo bailao. Era un poco el sentir de la tribuna anoche. Once abajo a un minuto del final y con el 3-0 ya escrito. Cualquier otra temporada, y más con el Barça enfrente, se escucharían murmullos y hasta algún silbido. Pero en vez de eso la afición rompió a aplaudir y a corear esa frase ya convertida en himno alternativo: “Como no te voy a quereeeer, si fuste campeón de Europa una y otra vez”. No, esta temporada no hubo murmullos ni pitos en la derrota ACB porque ha sido la temporada de la Undécima, y la masa social del Real Madrid, no solo de basket, tiene muy presente que cada Copa de Europa vale como por cinco ligas nacionales.
Pocos dentro de diez años se acordarán del partidazo anoche de Jokubaitis y Vesely en Goya. Los libros recordarán el tiro de Llull, y aquella sucesión de cinco partidos del Madrid, la remontada a Partizán + la Final Four en cuadro. Cuanto más lo pienso, más me parece uno de los momentos cumbre de la historia de la sección.
Lo cual no es óbice para hacer autocrítica y reconocer lo amargo de la serie final ACB, a la que el Barca ha llegado más entero y motivado. Ha sido mejor y además ha tenido ese punto de estrella y acierto que otras veces sonríe al Madrid. Le salió cara en el final apretado del segundo partido (empujón arbitral mediante), que a la postre condenó la serie, y tuvo acierto en tiros puntuales que sirvieron para abortar escapadas o remontadas. El Madrid, por comparar, se dejó anoche nueve tiros libres…
De todos modos, la sensación ha sido de somera inferioridad, de que han dado las doce y la carroza ha vuelto a su estado original de calabaza. Tras el cuento de hadas de mayo, esta eliminatoria ha mostrado las mismas carencias del equipo que hemos glosado a lo largo del curso. Ataque poco trabajado, sin apenas automatismos, de balones colgados a Tavares y a esperar el milagro de los Sergios. Y una defensa porosa y condicionada por la carga de años y dos titulares jóvenes que no defienden: Yabusele y Musa.
La dirección se enfrenta ahora a un dilema sobre el rumbo de la sección. La opción conservadora, y de la que nadie dudaba hace diez días, es mantener a Chus Mateo, que parece contar con el favor de la columna vertebral del vestuario y además tiene otro año de contrato. Es poner en valor la Undécima, no como flor de un día, sino como el inicio de una etapa, el Mateísmo. Una especie de nuevo Laso, ese entrenador nacional de perfil bajo, llegado por la puerta de atrás y que entre dudas perennes acaba nutriendo vitrina y marcando época.
Chus Mateo dijo anoche en rueda de prensa que tiene la intención de continuar, «y el club parece que también». Al fin y al cabo, quién despediría a un entrenador tras ganar la Euroliga, ¿verdad? … Pues Juan Carlos Sánchez, que demostró hace justo un año con Laso que no le tiembla el pulso para tomar decisiones controvertidas, y esta seguramente lo sería menos.
La alternativa arriesgada es retomar la hoja de ruta de abril, es decir, cesar a Chus y fichar a Scariolo, con quien había negociaciones avanzadas en marcha. El italiano ha sido descartado como opción en Toronto y, aunque le queda otro año de contrato en Bolonia, no parece una salida complicada tras firmar una campaña flojita (14º clasificado Euroliga).
Esa decisión, la del entrenador, es la primera que tomar de cara al verano, y que condicionaría los movimientos de jugadores, que es en lo que ya estamos. Mateo tiene el aprecio de Tavares y Facu, los faros en pista del proyecto, mientras que Scariolo podría, por ejemplo, darle una segunda vida a Abalde o ser un atractivo en una eventual negociación por Juancho.
Las notas por jugadores
Si bajamos al detalle de jugadores, la final ha servido de reivindicación a unos pocos pero despierta dudas sobre la continuidad de muchos.
Sergio Rodríguez ha terminado el curso como una moto, pese a su flojo partido anoche, y el Madrid ejecutará el año opcional de su contrato. Lo malo es que tiene 37 palos y la temporada blanca 85 partidos, así que convendría conservarle en formol durante el año si esperamos un rendimiento parecido en primavera de 2024. Y eso pasa por relegarle a tercer base y no quemarle con un rol de segundo, tras Campazzo, que le exigiría unos 1.000 minutos de juego en fases regulares (68 partidos x 15 minutos).
Nigel Williams Goss. Ha rayado a buen nivel en la recta final de curso, entre él y sobre todo Chacho han silenciado la matraca del agujero en el puesto de base. Sí, sí había base. Libre de lesiones es aprovechable como reserva tras un titular indiscutible (Facu). Goss es solvente atrás, director discreto pero no exento de puntos en las manos, ese jugador para no quemar a Chacho en fase regular y ahorrarnos el periodo de adaptación de un huevo Kinder. Sin embargo, está con pie y medio fuera porque acaba contrato y tiene mercado en Euroliga, por lo que su renovación costaría seguramente más de lo que el Madrid tiene intención de gastarse en es puesto, si es que piensa cubrirlo.
Carlos Alocén. La próxima temporada de su contrato es opcional y, sintiéndolo mucho, no debería seguir. Cuestión distinta es que el Madrid ponga a su disposición los servicios médicos y las instalaciones del club hasta que termine de recuperarse. Las lesiones han torcido seriamente su carrera y tiene un largo camino de regreso a la élite. Desde aquí le deseamos lo mejor.
Sergio Llull. Su temporada, como la de Chacho, era entre regular y floja, pero la recta final lo cambia todo. No solo metió La Canasta contra Olympiakos, es que ha sido el mejor del Madrid en la final ACB tras Tavares: identificando los momentos de partido, con una selección de tiro responsable, buen nivel atrás, con minutos limitados y alternando los puestos de base y escolta. Una versión interesante de cara a la próxima temporada, en la que estará seguro, pues tiene contrato garantizado.
Fabien Causeur. Temporada muy discreta, por debajo de las expectativas, tras su formidable final de curso 2022. Mateo ha apostado claramente por Musa como escolta titular, y tampoco es que Causeur se lo haya puesto difícil. A sus 36 años ya no tiene piernas para romper hacia el aro, y como especialista 3&D su valor es relativo. Tiene otro año de contrato y una ficha demasiado alta para el rol que desempeña. No estorba si sigue, pero su continuidad limita la operabilidad en mercado (escolta tirador), así que tampoco vería con malos ojos tantear una salida negociada. En Francia no le van a faltar novias Euroliga (Asvel o, sobre todo, Mónaco).
Dzanan Musa. El gran pinchazo en la recta final de temporada, después de ser quizá el MVP del equipo en las fases regulares. Cuando han llegado los partidos por los títulos, frente a rivales top y defensores a los que ya no pillaba por sorpresa (scouting), se ha ido haciendo pequeño, saliendo a relucir toditas sus carencias, a saber, inoperancia defensiva, mala selección de tiro y cierta obsesión con el arbitraje. Tiene 24 años y su margen de mejora, que es enorme, debe venir principalmente por el físico, un poco enclenque para la élite. Tiene otro año de contrato garantizado y continuará seguro, de hecho el club estaba al parecer en negociaciones para su extensión (como con Tavares y Deck). Su recta final bien le puede hacer perder unos cuantos euros en esa eventual extensión de contrato.
Adam Hanga. Pondría su nivel esta temporada y su situación un poco en paralelo a la de Williams Goss. No diría que ha brillado, como en la final ACB 2022, pero ha aportado en el último tercio de curso una solidez defensiva necesaria y poco reconocida por la grada. Nótese cómo secó a Kyle Guy tras el primer partido de semifinal ACB. Ahora bien, tiene 34 años y su contrato termina este curso, siendo el próximo opcional, suponemos que por el mismo salario actual, que es bastante alto, alrededor de los 1.8M brutos. Un precio alejado de su valor de mercado y rol en el equipo. Así que, como con Causeur, si sigue no estorba pero si sale tampoco lloraremos su pérdida, hay que aligerar y rejuvenecer las alas.
Rudy Fernández tiene 38 años y seguirá aportando intangibles al equipo hasta con 45 gracias a su anticipación innata, pero ha sido el veterano menos productivo en el tramo final de curso, y no le han faltado minutos. Está ya para poquito y acabando contrato me parece el momento idóneo para una despedida con honores, jugando el Mundial con España este verano. Saber irse a tiempo para dejar buen sabor de boca. Me parecería un error que se aprovechase de la política de la sección de jubilaciones a la carta para las leyendas y renovase para hacerse un Felipe 2.0, es decir, una gira de despedida vestido de chándal a costa de la masa salarial de la sección.
Mario Hezonja. Uno que se ha reivindicado y con fuerza en el tramo final de curso como pieza importante del equipo a lo que ha contribuido el agujero provocado por la lesión de Tortuga Deck. la versatilidad de Mario (brillando al 3 y al 4) y su desempeño defensivo solvente, por encima de las expectativas, le han abierto las puertas de la rotación de par en par. Y su talentazo ofensivo, aunque de corriente un poco alterna, es un martillo para los rivales y un placer para los espectadores. Tiene otro año de contrato garantizado y habría que pensar en extenderlo: cupo nacional y 28 años, debería echar raíces en el club.
Alberto Abalde. Otra temporada decepcionante del gallego, quizá la peor desde que aterrizó en Madrid: desacertado en el triple y menguante en el overbooking del juego exterior blanco. A medida que se ha vaciado la enfermería y no había hueco para todos se ha ido cayendo de las convocatorias de Chus Mateo. La Final Four y la final ACB las ha visto de chándal. Tiene contrato garantizado hasta 2025 pero si continúa Mateo y se mantiene la estructura de plantilla en las alas habría que plantearse una salida, porque es un salario improductivo. Ahora bien, hay que estar convencido porque te puedes arrepentir a medio plazo: cupo nacional de 27 años, condiciones innegables y por el que pagaste 1.5M de tránsfer. Decisión delicada en verano.
Gabi Deck. El pobre se ha perdido el desenlace de la temporada por lesión, pero su campaña había sido buena en líneas generales, al nivel que se le presupone, como uno de los tres mejores aleros de la Euroliga. Se le ha echado de menos especialmente en la final ACB, por su sangre fría, inteligencia y carácter competitivo. Tiene contrato garantizado y seguirá seguro, siendo la principal duda si habitará más el año que viene el puesto de 3 o de 4, ante la eclosión final de Hezonja.
Guerschon Yabusele. Muy floja segunda temporada en Madrid, a pesar de lo que pueda decir su maquillaje estadístico. Lejos de lo que se espera de un titular en el campeón de Europa, recordemos que el club se rascó el bolsillo para renovarle hasta 2025. Una apuesta que está saliendo rana y a la que me temo que el club está bastante atado. Yabu se ha demostrado como pésimo defensor, pese a sobrarle físico para lo contrario, una cuestión por tanto de actitud y compromiso, y esa no se mejora con pesas en gimnasio como Musa. Y es que no solo es la defensa, es su baja inteligencia en pista, así en general, con unos pobres conceptos de juego colectivo, digamos pase, spacing, selección de tiro, uso de faltas, etc.
Petr Cornelie. Ha pasado por el Madrid sin dejar huella. Fue un fichaje barato a final del verano pasado (la ficha más baja del roster tras Alocén), un huevo Kinder que sencillamente no ha cuajado. Le faltan horas de vuelo en la élite hasta llegar a nivel contender Euroliga y el Madrid no espera. Blando atrás y sin la fiabilidad en el tiro que requería el rol, se acabaó cayendo. delas convocatorias, superado por Ndiaye en la rotación.
Anthony Randolph. El mero hecho de volver a verle jugar al basket pro es de por sí una alegría, tras las dos gravísimas lesiones consecutivas que sufrió. Apenas ha aportado porque apenas está para aportar, con 34 años y en su estado físico. Termina contrato y lógicamente no sigue, de hecho no descarto retirada. Suerte en lo que venga, dio años de gran baloncesto a esta sección. Le recordaremos junto a los Trey y Taylor, esos americanos secundarios que contribuyeron a construir el lasismo.
Vincent Poirier. Temporada floja, muy condicionada por problemas físicos recurrentes (apenas le hemos visto 2-3 meses en buena forma física) y por un entrenador un poco más conservador en las rotación, Chus, que se ha traducido en minutadas de Tavares en cuanto el partido estaba igualado. Tiene contrato garantizado el año que viene y una ficha alta, acorde a su status (top 8 pívots de la Euroliga), pero suena desde hace semanas el rumor de que quiere salir y tener más protagonismo, lejos de la sombra de Edy. Su salida no me parece el escenario más probable pero ojo como Willy Hernangómez se ponga a tiro.
Edy Tavares. El mejor del equipo una temporada más, MVP de la Final Four y Quinteto ideal de todo. Su regreso, que no la tangana, fue lo que cambió la serie contra Partizán y obró el milagro. Ha sido también el mejor en la final ACB contra el Barca, 23 de valoración media, pero seguramente le pesen los tiros libres fallados, ocho entre los tres partidos, especialmente costosos los dos del último minuto del segundo encuentro. Es el faro del proyecto, el jugador más determinante de Europa junto a Micic, y aún podría mejorar al regreso de Facu, con quien se entendía tan bien. Club y jugador están enfrascados en negociaciones para su renovación, con alguna filtración interesada del agente a la prensa para tensar la cuerda y sacar más dinero, el que seguramente vale. Soy optimista sobre el desenlace.
Era la opción más evidente para que el Real Madrid reforzase el puesto de base en verano. No porque lo hubiese publicado cierto portal piscinero, cuyo nombre os ahorraré, el mismo que dio la ‘primicia’ del fichaje de Shanon Evans por el Madrid en noviembre… No, Lorenzo Brown era la opción evidente por dos ingredientes.
El primero es que, a pesar de tener otro año garantizado en Tel Aviv, su contrato parece que incluía una cláusula de escape a equipos ACB en verano. Además, era un fichaje muy del estilo Juan Carlos Sánchez, con toquecito tribunero: Lorenzo fue el héroe improbable de la selección en el último Eurobasket y resulta muy vistoso al boxscore. Pero esa opción se ha cerrado de un portazo esta semana, con su ampliación de contrato por Maccabi hasta 2026. El único motivo para renovar a un jugador veterano (32) que no termina contrato la temporada en curso es certidumbre = clausulazo a cambio de más años. Una fórmula que, por cierto, conocemos bien en Goya.
Casilla de salida
Con Lorenzo fuera de la ecuación el Madrid vuelve a la casilla de salida: Campazzo o parches. La opción del argentino nos despierta una pereza infinita a estas alturas, la perspectiva de regresar a la guerra de filtraciones agente-club… Pero, si conseguimos abstraernos de esa lógica pereza, recuperar a Facu sería la opción más razonable desde un punto de vista deportivo e institucional. De lejos el mejor uno fichable en mercado Euroliga, dada la cláusula de salida testimonial (50k) que se dejó para este verano en su contrato con el Estrella Roja.
Sigue teniendo casa en la ciudad, amigos en el vestuario, habla el idioma y conoce a Chus Mateo. Además, el Madrid es un proyecto ganador, un contender claro. Estos factores ya estaban en diciembre, pensaréis, cuando eligió Estrella Roja. Si, pero este verano se sumarán dos factores financieros que tienen más peso que el derecho de tanteo perdido.
1.- Que el primer año de vuelta a España Campazzo podrá (ahora sí) acogerse al tipo tributario reducido, 24% IRPF, lo que enjuaga buena parte de la desventaja fiscal del Madrid respecto a clubes del Este.
2.- Que el RM en julio libera bastante masa salarial con la marcha de Randolph, la probable retirada de Rudy y las posibles salidas de Chacho o Goss, que terminan ambos contrato. Nada que ver con el overbooking exterior de este curso, que complicaba el fichaje-encaje de Campazzo a temporada comenzada.
¿Cuánto pesa el desencuentro personal entre Campazzo y JCS, tanto como para no darse otra oportunidad y sentarse a negociar al menos? Lo mismo es ver el vaso medio lleno, pero las declaraciones de esta semana del jugador me suenan a puerta entreabierta, al menos por su parte: «Mi prioridad (en diciembre) era recalar en el Madrid. Negociamos pero no alcanzamos un acuerdo, lo cual no significa nada. Les estoy agradecido por darme la oportunidad de debutar la Euroliga y permitirme ir a la NBA».
Alternativas
Pero no siendo Lorenzo, si tampoco fuese Facu, las opciones realistas se limitan sobremanera y tampoco resultan demasiado ilusionantes, al menos como ‘base titular’, en algunos casos dudo que mejorasen lo presente, que algunos lo tienen tan denostado. En todo caso, aquí lanzo algunos nombres que se me ocurren. Y no dejéis de sugerir los vuestros en los comentarios.
> Luca Vildoza. Parece físicamente recuperado, tiene talento como para llegar a ser élite y está rindiendo a buen nivel en Belgrado, tras una época de hibernación por lesiones. Al igual que Facu, tiene si no me equivoco una cláusula de salida testimonial este verano. Dos contras: es más combo que director y habría que negociar tanteo con Baskonia, echadle un sobrecoste a la operación como de 500k.
> Dante Exum. Su segundo año de contrato con Partizan (el próximo) es opcional y el FCB no le metió en tanteo. Pieza clave de la estupenda temporada del equipo serbio, sexto clasificado de la Euroliga según escribo estas líneas, y tiene margen de mejora. Le veo como posible recambio de Goss en perfil de base físico-defensivo, ahora bien, si se busca un generador de élite, Exum no lo es.
> Maodo Lo. Igual que Vildoza, le veo más combo que base, es decir, con más puntos en las manos que asistencias. No está cuajando su mejor temporada, lastrado por lesiones (11 puntos y 3.2 asistencias per game), pero igual me parece un talento notable. Tiene 30 años y termina contrato, aunque no sé cómo de factible es sacar de su país a un jugador alemán de un equipo Euroliga. En el caso de Maodo Lo, nunca ha jugado fuera de Alemania.
> Keenan Evans. Base titular de Zalgiris y ex Maccabi, estaba siendo una de las sensaciones de la temporada, con promedios de 16 puntos, 4 asistencias y 17.5 de valoración. Pero se lesionó de gravedad el día de Reyes, tendón de Aquiles. Es joven, tiene 26 años y podría recuperar el nivel a su regreso, que calcularía para comienzos de la próxima temporada. Pero, siendo realistas, ficharle en estas condiciones sería un riesgo importante.
> Hay otros bases Euroliga potables que terminan contrato en verano, quizá no titulares para un Madrid pero que igual los menciono para tenerlos en mente: Shabazz Napier (Milán) y Corey Walden (Múnich). El mercado USA siempre ofrece talento, pero un americano sin experiencia FIBA es por definición un melón sin abrir, y tampoco creo que un contender a la Euroliga esté para esas lides. Por cierto, que en la NBA tenemos a Leandro Bolmaro, en el último año de contrato garantizado y con mucha pinta de (tener que) regresar a Europa. No está sujeto a derecho de tanteo por el Barca, pero ya se ha dejado querer.
> Si bajamos a opciones Eurocup encontramos apuestas a medio plazo. Y pienso principalmente en Yago dos Santos, que está brillando en Ulm, compañero de Juan Núñez. 23 años, más explosivo que una traca en fallas, un potencial importante: 12.5 puntos y 6 asistencias de media en Eurocup, 18 de valoración. Y mirad lo que os digo, no perdáis la pista a Andrés Feliz, del Joventut, 25 años, creo que dará el salto a Euroliga más pronto que tarde.
Algunos aficionados me han mencionado nombres que sencillamente no considero viables, y que por eso no incluyo en la lista. Por ejemplo Darius Thompson (Baskonia) y Thomas Walkup (Olympiakos), que tienen contrato garantizado el año que viene y rol importante en sus respectivos equipos. Tampoco me parece factible Chris Jones, que firmó solo un año pero al que Valencia incluirá con toda seguridad en el tanteo y sabemos que 1) el club taronja es un vendedor durísimo y que 2) la política del Madrid de basket es eludir la pugna abierta por un jugador.
Fin de la tercera temporada del serial Campazzo-Madrid, un culebrón de desamor digno de la mejor sobremesa. El base argentino ha sido anunciado oficialmente en Belgrado como nuevo jugador del Estrella Roja. No se me ocurre un destino más random de regreso a Europa, un país que no conoce, donde no habla el idioma, un equipo sin opciones de título y, lo peor de todo, con un historial reciente de impago de salarios. Tanto, como que a día de hoy y hasta donde sabemos el club serbio tiene prohibido inscribir fichajes en la Euroliga (cito textual) “por impagos y la negativa a aportar información al respecto”, comunicado del 1 de diciembre. No hablamos de flecos pretéritos, ¿por qué creéis que el Barça pudo llevarse a Kalinic a cambio una compensación irrisoria en verano cuando tenía contrato en vigor? Porque Estrella Roja le debía varias mensualidades. Suponemos que no era el único miembro de la plantilla en esa situación.
A los muy cafeteros tampoco nos pillan por sorpresa estas historias: el dinero que depende del capricho político y llega de golpe (como es el caso) cambia con el viento, como la dirección de una veleta. Pregunten al extinto Jimki. O al vecino Partizán, rey Midas el verano de 2021 y hoy en apuros: «La temporada pasada recibimos cinco millones de euros del Estado para nuestro presupuesto, este año solo 900k», ha lamentado su presidente. La situación recuerda a ese cateto del pueblo al que una vez le tocó el Gordo de Navidad, que corrió a comprarse un Mercedes para fardar y al año siguiente lo tuvo que malvender porque no se dejó ni para el cambio de neumáticos y filtros. Suponemos que los agentes de Facu saben donde le meten y habrán pedido avales…
¿Habrá cuarta temporada?
Dicho lo cual, no os voy a engañar, el desenlace resulta decepcionante, que Campazzo no recale en el club blanco de regreso a Europa dada la escasez de talento en mercado en el puesto de base, consideraciones financieras al margen. Objetivamente, Madrid era el destino lógico, un contender a la Euroliga sin un base titular claro, la ciudad donde Facu tiene casa en propiedad, el equipo que apostó por él cuando no era nadie y donde ha construido su carrera.
¿Pierde el Madrid? A corto plazo y desde un punto de vista deportivo, sí, claro, Campazzo es un gran jugador, que mejoraría el puesto de base y por tanto apuntalaría las (ya de por sí dignas) opciones al título Euroliga este curso. Financieramente, el RM se embolsará el 40% de su sueldo en concepto de pago de la deuda, es decir, unos 720k euros. La oferta de Estrella Roja contempla además un salario de 2.5M netos para el segundo curso, 2023-24, aunque tiene cláusula de escape en verano por solo 50k, que es el final abierto que han dejado los guionistas para estirar la serie una temporada más.
El Madrid en julio tendrá la ventaja de una coyuntura fiscal más amable, al poder acogerse entonces sí al tipo tributario reducido para extranjeros (24%) en su primer año. Además, Goss y Chacho, que no parecen contar demasiado para Chus Mateo, especialmente el segundo, terminan contrato el 30 de junio y podrían salir, liberando masa salarial y reduciendo el overbooking en el puesto de base. Recordemos que también termina contrato Randolph, con el que apenas echamos cuentas deportivas pero es uno de los salarios más altos del plantel. El único pero es que en verano el Madrid ya no dispondrá de la baza del derecho de tanteo sobre Campazzo fuera de la ACB.
De todos modos, la cuarta temporada está todavía por confirmar. La directiva del Madrid es orgullosa y si el equipo gana ACB o especialmente Euroliga no sentirá la necesidad de llamar a la puerta del argentino, que no dejaría de ser una cierta bajada de pantalones tal y como están las relaciones entre el dir. general y el entorno del jugador. De mismo modo, si Facu encaja en Serbia, se mete en top8 y le pagan al día las cantidades acordadas (que son formidables), bien podría optar por seguir allí.
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